TOPO

Topo era el nombre con el que las mujeres araucanas que vinieron con las tribus que invadieron y luego se afincaron en la Patagonia Argentina, llamaban a un alfiler grande, con el que se sujetaban el “chamal” (especie de manta o vestidura), a la altura del pecho.

Realizado generalmente por sus hombres, este alfiler, de diversas formas, cuya cabeza o remate, solía ser un hermoso medallón de plata, adoptó como nombre, un vocablo de origen quechua, pues “tupo”, en ese idioma, significa exactamente lo mismo: alfiler grande que ya usaban y todavía usan las “coyas” o sea, las nativas de ciertas regiones del noroeste argentino.

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