SAN MARTÍN LE ESCRIBE A SU AMIGO O’HIGGINS (22/12/1832)

El general SAN MARTÍN, agravados los problemas de salud que lo aquejaban desde los años hacían dolencias que lo aquejan d escribió al general BERNARDO O’ HIGGINS, diciéndole:

«El cólera nos invadió a fines del mes de marzo y mi hija fue atacada del modo más terrible. Yo caí enfermo de la misma epidemia tres días después. Figúrese usted cuál sería nuestra situación, no teniendo por toda compañía más que una criada».

«Afortunadamente el día antes de la enfermedad de Mercedes, el hijo mayor de nuestro amigo el difunto general Balcarce, que había llegado de Londres, se hallaba en nuestra compañía y paraba en nuestra casita de campo en que estábamos a dos leguas y media de esta capital (Paris). Él fue nuestro redentor y sin sus esmerados cuidados hubiéramos sucumbido».

«Mercedes se repuso al mes, pero yo, atacado al principio de la convalecencia de una enfermedad gástrica intestinal que me ha tenido al borde del sepulcro y que me ha hecho sufrir inexplicables padecimientos por el espacio de siete meses, hasta que los baños minerales de Aix, en Saboya, que fui a tomar en septiembre pasado, me han repuesto y aliviado en algún modo».

También le informaba: «He recibido, casi al mismo tiempo el duplicado de la suya del 2 de octubre del año pasado, y la del 24 de junio del presente, de los tres libramientos de mil pesos cada uno, que han sido satisfechos religiosamente por los señores Baring».

«Un millón de gracias a usted y al amigo ÁLVAREZ por esta oportuna remesa. Ello sólo me ha proporcionado satisfacer parte de los nuevos empeños que he contraído en mi penosa y larga enfermedad, sino que también ha contribuido a realizar mis más deseadas esperanzas».

«Hace cinco años que he formado el proyecto de unir a mi hija con el joven Balcarce. Hijo mayor de nuestro honrado y difunto amigo ya citado, y agregado a la Legación de Buenos Aires en Londres. Su juiciosidad no guarda proporción a su edad de 24 años. Amable, instruído y aplicado, ha sabido hacerse amar y respetar de cuantos le han tratado».

«Él no posee más bienes de fortuna que una honradez a toda prueba. He aquí todo lo que yo he deseado para la felicidad de Mercedes. Mi plan era que su unión se realizase a mi regreso a América, pero visto el estado de mi salud, he anticipado la época, calculando el estado en que quedaría mi hija si llegase a faltar su padre. Así es que su enlace ya se ha realizado hace nueve días».

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