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REDOMONEAR
Derivado de la acción de volver dócil un «redomón» (o caballo arisco y salvaje), es un verbo que también sugiere que se han sabido superar los inconvenientes que impedían algún logro o alcanzar una meta.
Es sabido por hombre de campo en la Argentina que desde las primeras ensilladas que sufre, un potro pierde su condición de tal, para convertirse en “redomón”, o sea, una animal a medio amansar.
Ya empieza a conocer lo que que le espera y va sometiéndose al rigor de las “palenqueadas”, al manoseo que le quitará las cosquillas del miedo, el antes jamás sentido peso del jinete sobre su lomo y el imperativo y poco agradable rigor del bocado y las riendas.
En un principio, eso fue “redomonear”, pero en el habla del campo, este vocablo ha extendido su alcance y se emplea también para para expresar que en la ejecución de un trabajo, una empresa, o un aprendizaje cualquiera, se han vencido las primeras dificultades, que sueles ser las mayores y más difícil de superar, como ocurre, cuando se doma a un caballo chúcaro. Es decir que, en lenguaje campero “redomonear”, significa cumplir la etapa primera de una actividad cualesquiera.