PASO, JUAN JOSÉ (1758-1833)

Abogado y hombre público, se graduó como Doctor en jurisprudencia por la Universidad de Córdoba. Nació en Buenos Aires, el 2 de enero de 1758. Desempeñó importantes funciones en el orden colonial, Se caracterizó por su ecuanimidad, su sereno juicio y su recta conducta.  Sus padres fueron Domingo Paso, propietario de una panadería y doña María Manuela Fernández Escandón.  Realizó sus estudios de abogacía en la Universidad en Córdoba, graduándose en 1779.

Residió veinte años en el Perú; de regreso a Buenos Aires, fue nombrado agente fiscal de hacienda y se dedicó a la docencia universitaria. Desde 1781 hasta 1783 dictó las cátedras de filosofía, física y metafísica en el Colegio de San Carlos. Luego marchó al Perú, donde permaneció por largo tiempo. En 1803, otra vez en Buenos Aires, las autoridades españolas lo designaron agente fiscal de la Real Hacienda.

En 1804 se mudó a San José de Flores, por lo que fue siendo uno de los primeros pobladores de ese Barrio porteño. Durante el año 1806 desplegó intensa actividad en un grupo que empezaba a pensar en la independencia, cuyo líder era Juan José Castelli y que integraban entre otros a Saturnino y Nicolás Rodríguez Peña, Manuel Belgrano, Hipólito Vieytes y Juan Martín de Pueyrredón.

Desempeñó en un papel esencial durante los sucesos que desembocaron en la histórica «Semana de Mayo de 1810». El 22 de mayo de 1810 asistió al Cabildo abierto y apoyó la postura del grupo revolucionario que pugnaba por el cese del virrey, mediante un discurso hábil y conciso que ayudó a definir la votación en favor de la causa patriota. Junto con Moreno, cuyas ideas compartía, fue nombrado Secretario de la Junta Gubernativa Provisoria (Primera Junta) que se constituyó el 25 de mayo de 1810.

En junio de 1810 fue enviado por el gobierno a Montevideo, con el propósito de ganar su apoyo a la Revolución de Mayo y a la Junta de Buenos Aires, pero la misión resultó infructuosa.

Enrolado desde un principio en las filas de los seguidores de Moreno y de sus ideas de avanzada, entró en colisión con los seguidores de Cornelio Saavedra, pero su actuación fue siempre mesurada y componedora, por lo que su presencia en ese escenario, fue siempre garantía de respeto y consideración hacia el adversario.

Desde setiembre de 1811 hasta abril de 1812 fue miembro del primer Triunvirato y después de la revolución del 8 de octubre de ese mismo año pasó a integrar el segundo Triunvirato junto con Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez. Jonte. En 1814 le fue encomendada una misión secreta en Chile, que no tuvo resultados satisfactorios, por lo que tuvo que regresar. En 1815 fue designado asesor del Gobierno y Auditor de Guerra del Ejército.

Fue Diputado por Buenos Aires ante el Congreso de Tucumán y  al igual que muchos otros integrantes de ese Congreso, se mostró a favor de una monarquía limitada, que consideraba era la mejor forma de gobierno para la nueva nación. En la sesión del 9 de julio de 1816, le cupo el honor de leer el Acta de Declaración de la Independencia. Fue luego uno de los signatarios de la misma y el  3 de agosto de 1816 redactó el «Manifiesto de los Pueblos» en el que se explican las razones por las cuales las Provincias Unidas se independizaron de España.

Después de que el Congreso se trasladara a Buenos Aires, para continuar allí sus sesiones, Paso colaboró en la redacción de los estatutos provisionales para que deberían regir al gobierno de la patria naciente. Estando en esa tarea, fue detenido durante un breve lapso por el gobernador Manuel de Sarratea, su enemigo político.

En 1822, fue reelecto representante de Buenos Aires ante la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, Llegó a ocupar la presidencia del cuerpo,  tuvo participación muy activa en la legislación que creó el Primer Banco de la Nación, organizó el ejercito y  fundó la imprenta nacional. En 1824 fue nuevamente elegido Diputado ante el Congreso Nacional  y poco edspués de la firma de la Constitución de 1826, paso se retiró de las actividades políticas, después de haber prestado valiosos servicios al país.

Se refugió en su domicilio de la provincia de Buenos Aires, y falleció el 10 de setiembre de 1833. MARIANO DE VEDIA Y MITRE dijo de él: “Fue en nuestro escenario y en su medio un hombre de singular relieve, de personalidad acentuada, de inteligencia descollante, de patriotismo nunca desmentido y de inspiración siempre generosa…”.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *