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PÁNICO EN LA ARGENTINA (1890)
En 1890 en la República Argentina, se produjo la «Revolución del Parque» , un episodio que permite visualizar escenas, términos y circunstancias que caracterizaron la política de la época y que derivó en el llamado Pánico en 1890.
Gobernaba el país MIGUEL JUÁREZ CELMAN, un cordobés que no pudo manejar el crecimiento exponencial de la deuda externa heredada por su gobierno.
En su afán de progreso, el gobierno se dejó llevar por el espíritu febril de la época, otorgó concesiones y firmó nuevis empréstitos con los capitales extranjeros y éstos pasaron a controlar los ferrocarriles, puertos, algunos servicios públicos y acapararon tierras para especular.
A esta situación, incontrolable por sí misma, se sumaron las emisiones de papel moneda sin respaldo legal y la entrega de créditos bancarios a particulares, bajo la sola influencia política.
Entre el pueblo cundió la fiebre del dinero y la especulación, el desenfreno por los negocios de ganancia segura y el afán de enriquecimiento a través de cotizaciones de la Bolsa de Comercio (organismo que fue el centro del delirio especulativo), basadas en promesas y papeles carentes de valor. La embriaguez corruptora se expandió imparable y todo el país se convirtió en un verdadero emporio comercial, donde diariamente surgían nuevos ricos (y nuevos pobres también).
Allí se llegó al año 1890. La inflación y la especulación llegaron a un nivel alarmante. Los gastos desproporcionados de la administración pública eran muy superiores a las rentas del país, mientras el comercio exterior, exponía cifras alarmantes.
Ese año, el pago de intereses anuales por los servicios de la deuda, alcanzaba el 60% de las rentas totales que percibía el país por las exportaciones de un año. Las inversiones cesaron y en la desesperación de la crisis, el gobierno se deshizo de sus bienes, vendiendo a precios de ocasión el ferrocarril Central Norte y el Ferrocarril del Oeste a grupos británicos.
No sirvió de mucho esto, porque hacia fines de 1890, el país estaba al borde de la cesación de pagos, al tiempo que los salarios reales se depreciaban en un 50%. Se multiplicaron los especuladores financieros y de poco sirvió el plan de ajuste lanzado por el Ministro WENCESLAO PACHECO.
El prestigioso escritor PAUL GROUSSAC fue muy claro: «Baste recordar que tres años de locas especulaciones y despilfarros, de excesos suntuarios y monstruosos abvusos del crédito, llevaron a una Nación robusta y hasta ayer próspera, al borde del abismo».
Así llegó lo que en nuestra Historia ha quedado registrado como el pánico de 1890, nombre con el que se recuerda la profunda depresión que derivó en una crisis económica y financiera que afectó a la República Argentina, mientras que en el orden internacional, debido al exceso de crédito que le había otorgado a la Argentina, casi lleva a la bancarrota a la Casa Baring Brothers de Londres.
En la época de la presidencia de JULIO A. ROCA, la República Argentina había tomado crédito principalmente para la construcción de ferrocarriles y a la modernización de la ciudad y el puerto de Buenos Aires lo que produjo que en 1880 el país creciera de manera sorprendente con el modelo agroexportador puesto en marcha durante el gobierno del general ROCA, pero las políticas liberales del gobierno del Presidente MIGUEL JUÁREZ CELMAN (1886-1890) lo llevaron a un período de especulación que creó una especie de “burbuja financiera”.
En 1888 las acciones del “Banco Constructor de La Plata” cayeron de 235 puntos a 160, desencadenando la segunda gran crisis económica en Argentina, conocida como la “Crisis de 1890”, que se iniciara con el “default” de 1827 y que provocó que la República Argentina ingresara en cesación de pagos por cuatro años.
La crisis ocasionó la quiebra del Banco Nacional que junto con la crisis política que se puso en marcha a partir de la “Revolución del Parque”, provocó la renuncia del Presidente MIGUEL JUÁREZ CELMAN, y el ascenso a la primera magistratura de su vicepresidente, el doctor CARLOS PELLEGRINI, bajo cuya gestión se creara el “Banco de la Nación Argentina”.
Un periodista de apellido MIRÓ, que firmaba como JULIÁN MARTEL, publica una obra con el título de «La Bolsa», donde registra sus experiencias personales durante este «crack» que paralizó al país en esos años.
Hacia donde vamos? se preguntan los argentinos. Es que vamos hacia un abismo?, se preguntan consternados en todos los hogares. Reina el «agio» y nadie puede determinar el valor exacto y real del dinero que tiene en su cartera.
La reducción del oro circulante y la depreciación del papel moneda, afecta seriamente al comercio y a la industria y consecuentemente, se extiende a todos los sectores de la población. Se culpa al Presidente JUÁREZ CELMAN de todo lo que pasa y la oposición se prepara encabezada por ARISTÓBULO DEL VALLE, LEANDRO N. ALEM, BERNARDO DE YRIGOYEN, BARTOLOMÉ MITRE y otros líderes políticos.
Se respira la necesidad de un cambio de situación y esa necesidad es encauzada por ALEM. Mientras sus compañeros se preparan para derribar al Presidente, él lo hace para cambiar un sistema. Los descontentos ganan la calle y la adhesión es casi total. Hasta ROCA, pese a su parentesco con JUÁREZ CELMAN se une a los sediciosos y estalla la llamada «Revolución de 1890» (ver «La revolución de 1890» ).
A comienzos de 1891, la crisis, más que a la economía en sí, afecta a los grandes centros comerciales y financieros, pero no a la producción agropecuaria. Se manifiesta crudamente en los quebrantos bancarios que se producen. El Banco Hipotecario tiene que suspender el servicio de los cupones de sus cédulas.
Por su parte, el Banco Nacional y el Banco de la Provincia, sufren corridas a sus depósitos. El gobierno, para auxiliarlos, decreta una feria por varios días, pero la inquietud crece y se convierte en pánico. En el mes de marzo, el oro sube a 349 pesos la onza
Cuando las operaciones comerciales entran en una parálisis general, el gobierno nacional convoca a una reunión de notables en la Casa de Gobierno, para escuchar las opiniones de representantes de la economía, la industria, el comercio, la agricultura y la ganadería y concurren VENCESLAO ESCALANTE, JOSÉ BENJAMÍN GOROSTIAGA, PLATINO VARELA, JOSÉ A. TERRY, FRANCISCO URIBURU, IRNESTO TORNQUIST, el general LUCIO V. MANSILLA, MANUEL QUINTANA, JULIÁN BALBÍN y ARISTÓBULO DEL VALLE.
Éste último enfoca el problema desde el ángulo político diciendo: «Si el pueblo anda por un lado y el gobierno anda por otro, todos éstos son remedios efímeros» … «Es necesario —agrega del Valle— cambiar de sistema en todo lo que se relaciona con este gobierno». El presidente rebate los argumentos de su amigo -del Valle: «Lo que hoy sucede —afirma— es hijo legítimo de los errores cometidos hace treinta años».
Por fin se acepta la idea de formar una Comisión especial encargada de aconsejar el camino a seguir. Esta queda constituida por Gorostiaga, URIBURU, JUAN JOSÉ ROMERO, W. PRATS, VARELA y H. G ANDERSON y poco después, presentan sus conclusiones que diciendo que como medida de efectos inmediatos, será necesario emitir un empréstito de 100 millones de pesos, cantidad que debía ser entregada a la Caja de Conversión para acudir en ayuda de los bancos oficiales y salvarlos de la quiebra.
El empréstito fracasa al no ser cubierto: sólo se logran 28.522.145 pesos en efectivo, que serán destinados a los Bancos, por lo que algunos de ellos, se ven obligados a cerrar sus puertas. El 7 de abril lo hacen el Banco Nacional y el Banco de la Provincia.
Enseguida sufren corridas los bancos particulares, que tienen que suspender sus pagos Así los Bancos Garantidos siguen la suerte de los oficiales y el Estado debe hacerse cargo de sus emisiones por más de 40 millones de pesos.
Fuentes: «Historia de la corrupción». Miguel Wiñazki; «Crónica Argentina». Editorial Codex, Buenos Aires, 1979; «Historia Argentina». F. Arriola, Ed. Stella, Buenos Aires,1954; «Historia de las Instituciones». José C. Ibañez, Ed. Troquel S. A. , Buenos Aires, 1962
esta bueno me ayuda para un trabajo practico de ciencias sociales
esta bien y ami también me ayuda esta bien
Muy clara la explicación, me sirvió para un trabajo de historia argentina!
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Estoy de acuerdo con Usted y permítame agregar que lamentablemente esa perniciosa actividad, prendió fuerte en nuestra sociedad y hoy padecemos el mismo flagelo, no ya practicado por los ingleses, sino que ahora, son los mismos argentinos quienes con este proceder, varias veces en nuestra Historia, trajeron la debacle de nuestra economía.
una pregunta,¿ cuales fueron los sectores sociales mas afectados en esta crisis?
no se, jajaja a casa malo