Autor: Horacio 17/12/2016 0 Comentarios

Llegaron a Buenos Aires el general MARIANO NECOCHEA y el coronel ISIDORO SUÁREZ, dos de los desterrado del Perú por SIMÓN BOLÍVAR, siendo recibidos como héroes por el pueblo.

Venían desde Perú, desterrados por Simón Bolívar, en cuyo suelo habían derramado su sangre generosa para contribuir a darle la libertad. Refiriéndose a la inconducta de aquellos que habían dispuesto tal medida, el historiador Domínguez dice lo siguiente: «El bravo Necochea, sintiendo aquel golpe en el fondo de su alma generosa, devolvió al gobierno peruano sus despachos y los documentos de crédito que había recibido en recompensa de sus servicios, diciendo que «del Perú no quería llevar sino sus heridas».

Recordemos que venían desterrados, después de haber cruzado la Cordillera y haber dado la libertad a Chile y al Perú. Recordemos que concluida la guerra de la Independencia, con las batallas de Junín y Ayacucho, habían quedado en el Perú muchos oficiales argentinos que habían participado en la guerra de la emancipación iniciada en el Río de la Plata  y que libre ya el antigüo imperio de los Incas, las desmedidas ambiciones de BOLÍVAR comenzaron a tomar vuelo.

Pretendió consagrarse como la única y omnipotente autoridad de las tierras liberadas y esa actitud provocó el descontento de sus compatriotas y de los liberados de la región, que intentaron volverlo a la realidad, amotinándose. Los oficiales argentinos que habían quedado allí, fueron  acusados de haber tomado parte en ese complot y aunque no le fue posible demostrarlo, BOLÍVAR ordenó el destierro de los generales NECOCHEA y ALVARADO y de los coroneles SUÁREZ, ESTOMBA, VIDELA, CASTILLO (ver Simón Bolívar dispone el retiro del Perú, de todos los. jefes y oficiales del Ejército Libertador