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LOS COLONOS JUDÍOS (1892)
Los colonos judíos que a fines del siglo XIX llegaron a la Argentina en busca de paz y nuevos horizontes para sus vidas, pronto se adaptaron a los usos y costumbres de sus nuevos hogares y fue tal su mimetización, que el escritor ALBERTO GERCHUNOFF, los llamó «los gauchos judíos».
En 1892, tras el asesinato del zar Alejandro II, la vida de los judíos en Rusia se tornó más dificultosa, ya que, a las condiciones de explotación y opresión que padecían, se les sumó el haber sido sindicados como los promotores del atentado.
Convertidos en una suerte de enemigos públicos, algunos intentaron emigrar, pero no les resultó fácil. Se encontraron con la resistencia que suponía el antisemitismo de varios países de Europa central. Eso los obligó a buscar nuevos destinos, y uno de ellos fue la Argentina, que abrió sus puertas a la inmigración.
Sin embargo, la formación de las Colonias en Entre Ríos no hubiera sido posible, sin la intervención del barón MAURICIO DE HIRSCH, un banquero que financió el asentamiento en este otro lado del mundo. Para ello fundó en 1891 la “Jewish Colonization Association”, a través la cual compró las 80.265 hectáreas que conformaron la “Colonia Clara” (un emprendimiento que hoy abarca los pueblos de Villa Domínguez, Villa Clara, Ingeniero Sajarof y Villaguay en Entre Ríos) y las 30.631 hectáreas de “Colonia Lucienville”, cuya extensión actualmente se encuentra circunscripta a la localidad de Basavilbaso.
La “Jewish” les otorgó a los colonos parcelas de entre 75 y 100 hectáreas y el primer contingente, compuesto por 245 familias, arribó en 1892 a bordo del vapor «Pampa». Otras 240 llegaron dos años después en el «Orione», completándose así un total, 1.500 personas. Pero Hirsh no llegó a conocer su obra: murió en 1895, a punto de subirse a un barco junto a un grupo de periodistas, que venían a Entre Ríos para visitarla.
No todo les fue fácil a partir de ahí. Debieron sortear la adversidad, ya que desconocían el idioma, no tenían experiencia como agricultores y las tierras que les asignaron formaban parte de un vasto monte de exuberante vegetación. Pese a todo, los inmigrantes judíos que llegaron desde Rusia a partir de 1892, y que se instalaron en el centro de Entre Ríos, fundaron prósperas colonias que forman parte de la historia del país.
ALBERTO GERCHUNOFF, nacido en 1883 en la aldea rusa de Roskuroff, fue uno de los que llegaron en 1892, a bordo del vapor “Pampa”, junto a su familia y aquí encontró su destino como escritor de éxito. Venía a trabajar la tierra y primero se instaló en Moisesville, donde su padre fue apuñalado por un gaucho ebrio.
Después en Colonia Clara, uno de los grandes asentamientos judíos en Entre Ríos. En 1910, publicó “Los gauchos judíos”, una obra, quizás su libro más famoso, donde relata pormenores de aquella época que le toco vivir personalmente.
Hoy se pueden ver todavía algunas viviendas de entonces, que dan muestras de los comienzos de Colonia Clara, incluyendo lo que fue la Escuela y la Biblioteca. En Villa Domínguez, está aún el Hotel de Inmigrantes, un galpón ubicado junto a las vías de ferrocarril, que fue el primer destino de los colonos, antes de ser derivados desde ahí a las parcelas que les había asignado la «Jewish Colonization Association».
También se puede recorrer el “Museo Histórico” y el “Archivo Regional de las Colonias”, armado con donaciones realizadas por familias de la zona y donde se guarda valiosa documentación sobre la inmigración judía, incluidos los listados de los primeros inmigrantes que llegaron entre 1892 y 1894.
La Escuela ORT, suma hoy con su presencia, otro testimonio de aquella época, lo mismo que el Hospital “Noe Yarcho”, primer centro asistencial israelita de Sudamérica y el local del Fondo Comunal «Clara», una de las primeras cooperativas impulsadas por la comunidad judía (recomposición de un artículo firmado por el señor Oscar Londero para el Diario Clarín)