LOS BARRILETES

Son así llamados los que en España se llaman “cometas” palabra de origen griego que significa “cabellera”, en referencia a las largas colas que arrastran los modelos clásicos. También se los llama en otras partes del mundo: , papalote, kuatiaveve, piscucha, pandorga, cachirul, volantín, chichigua, culebrina, chiringa, cometa de viento, etc., etc., etc. .

Se dice que cuando llegaron a estas tierras, debido a que tenían la forma de un “barrilito”, algún vecino ingenioso, quizás un inmigrante no muy práctico con el idioma, los llamó “barrilete”, posible deformación de “barrilito”.

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Las cometas nacieron en China, quizás alrededor de 1.200 a.C. para ser utilizados con fines estrictamente militares; mediante ellos se trasmitían órdenes y se fijaban distancias y su empleo pronto se extendió hacia otros pueblos asiáticos y más tarde de Europa, donde rápidamente se le encontraron aplicaciones más prácticas como veremos más adelante.

Originariamente se los fabricaba con papel de arroz y cañas de bambú y eran tan frágiles que muchos de ellos volaban una única vez, luego de haber trabajado durante meses para hacerlo. Más tarde y según fuere el lugar donde se los remontaba, se empezaron a utilizar papeles más consistentes y hasta géneros livianos, polietileno, varillas hechas con cañas o madera liviana y hasta alambres y de la simple estructura de forma plana (que fueron las que se adoptaron en el Río de la Plata), triangular o romboidal y más tarde otras más complicadas como “la bomba”, “la estrella”, “el hexágono”, “el octógono”” , se pasó a las que tenían la forma de peces, aves y dragones entre otros y más tarde los “multicelulares”, armados a partir de una serie de cajas sin base ni tapa.

En cuanto a los hilos con los que se los remonta, generalmente de algodón trenzado, pueden ser uno, cuando se trata de remontar un barrilete plano, para mantenerlo en un plácido vuelo, a entre 100 y 400 metros de altura, observando desde allí  la mirada embelesada del niño que lo remontó. Los de dos, tres y cuatros hilos, son los llamados “barriletes acrobáticos”, con los que los expertos “barrileteros” pueden realizar maniobras que incluyen increíbles remontadas, caídas, giros y estacionamientos inmóviles.

Hoy los hay hasta provistos de un silbato que emiten sonidos musicales cuando el viento sopla a través de ellos y hechos por manos menos románticas, también los hay provistos de una filosa hojita de afeitar fijada en su cola, para emplearlos en “combates de barriletes”, una práctica nada recomendable que se afincó en el Río de la Plata a comienzos del siglo XX y que consistía en demostrar habilidad en el manejo del barrilete, haciéndolo caer, subir  o virar siempre vertiginosamente,  para que la hojita de afeitar atada en su cola, le corte el hilo que sostiene el barrilete rival.

Usados para los fines más diversos
Occidente descubrió el barrilete a partir de los viajes a China realizados por Marco Polo (1254-1324) y le dio un sentido más utilitario.

Siglos más tarde, el diplomático y científico estadounidense Benjamín Franklin (1706-1790) inventó en 1752 el pararrayos elevando, durante una tormenta eléctrica, un barrilete provisto de una punta metálica unida a un largo hilo de seda. También lo utilizó para sus estudios el físico e inventor Alexander Graham Bell (1847-1922), quien tras el descubrimiento de la telefonía llevó a cabo investigaciones aeronáuticas mediante la construcción de grandes cometas; en 1907, concibió una capaz de transportar a una persona.

Y hasta la transmisión transatlántica que Guglielmo Marconi (1874-1937) realizó por radio en 1901 entre Cornualles, Inglaterra, y Terranova, Canadá, fue posible gracias a que elevó la antena con un barrilete.

A partir de la década de 1890 y durante 40 años, barriletes celulares (consistentes en dos o más cajas con los extremos abiertos, conectadas entre sí, se usaron para hacer mediciones meteorológicas, como registrar la velocidad del viento, la temperatura, la presión barométrica y la humedad.

A fin del siglo XIX y durante la Primera guerra mundial, se usaron para elevar aparatos para la observación de las posiciones enemigas. Por esa misma época, un fotógrafo norteamericano llamado Eddy los usó para tomar las que fueron las primeras fotografías aéreas que pudo observar el mundo. Muchas fueron también las experiencias locas que se pretendió realizar utilizando barriletes y sólo recordaremos las que quisieron transformarlos en planeadores o adosándoles un motor, en aparatos más complicados para volar.

Pero los barriletes también sirven como medio para buscar que la paz llegue a los corazones de todos los hombres del mundo. En ocasión de desarrollarse el 13º Festival Internacional por la Paz. comenzó a realizarse un multitudinaria remontada de barriletes, organizada por el Club de Barriletes de Buenos Aires y la Organización “Un cielo, un Mundo”, práctica que congregó en Buenos Aires, como en muchas ciudades del mundo, a una multitud de aficionados, que elevaron sus barriletes, cometas, pandorgas, chiringas y piscuchas con la esperanza de llegar a quien desde lo alto, puede lograr que la paz reine en este descontrolado mundo (ver Juegos y Juguetes en Racuerdos, Usos y Costumbres de antaño).

8 Comentarios

  1. Anónimo

    son malisimos

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  2. Jose Maria Aristimuno P

    El cometa es la nostalgia, el regreso a la ninez, lo increible que en la placidez del viento un hexagono vuele, y el como nino solo en suenos puede hacerlo

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  3. Ricardo

    Son hermosos, es increíble como vuelan. te dejas llevar y volás con ellos….

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  4. Anónimo

    Muy buena información👏👏👏

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  5. Anónimo

    A

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  6. CHELITO

    __“Cometa linda y graciosa
    de los recuerdos aquellos,
    hermosos años tan bellos
    de nuestra niñez preciosa,
    ni amarilla, verde o rosa,
    casi siempre eras de diario,
    alegrando al vecindario,
    flecos y colas al viento,
    grandes y chicos contentos
    de un tiempo ya legendario,
    con el bolsillo precario
    gran ayuda era el engrudo,
    piola con cientos de nudos
    muy oronda bellaquea,
    por el aire corcovea
    la “ tarasca “ y encantaba,
    mientras alguno gritaba
    ¡! Aflojale que colea ¡! (Ch.M.)

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  7. Raquel A. Pinto

    Valiosa información y emotiva poesía que describe tiempos de niñez y juegos juegos que se llevan en el corazón.

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  8. Anónimo

    Muy buena info me sirvió para un trabajo en tecnología

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