LAS HERRADURAS

El origen de las herraduras para «calzar» al caballo y proteger sus cascos del desgaste y la rotura, se pierde en el tiempo. Las primeras referencias que se tienen al respecto, nos dicen que a partir del siglo IV aC, se utilizaba el «hiposándalo», una especie de suela de bronce o cuero que se ataba al casco del caballo, cuando se lo iba a utilizar en el tránsito de caminos escabrosos o de muy largas distancias.

Recordemos que en esas épocas, los caminos eran de tierra y muy pocos eran empedrados. Un largo vacío se produce luego y no se tienen noticias sobre el uso de estos elementos, pero en numerosos hallazgos arqueológicos en distintos países, incluidos España, Francia y Alemania, nos certifican su existencia, que no fue muy difundida, ya que son muchas las excavaciones realizadas en Europa y Asia, que sacan a la luz, fósiles de caballos sin herrar, o por lo menos sin herraduras de metal.

Distintos diseños compondrán luego esta historia vaga, en la que galos, germanos, bretones y otros pueblos nórdicos, nos dejaron vestigios de que las usaban para proteger a sus cabalgaduras, durante las duras jornadas a los que los sometían ya sea para cazar o para guerrear.

Los japoneses, ya en el siglo XX, utilizaron esta forma de proteger el casco del animal, pero empleando cuerdas hechas con paja o esparto, con las que «forraban» el casco.

Los árabes, por su parte, usaron planchuelas metálicas que cubrían toda la base del casco. Pero fueron los normandos, quienes quizás desarrollaron la «herradura» tal como la conocemos hoy y quienes sembraron la semilla de esta creación más allá de sus confines, haciendo que se comprendiera la importancia del uso de las herraduras para preservar la salud de sus cabalgaduras y para darle mayor firmeza en su andar.

Las primeras herraduras, tal como las conocemos hoy en día, tenían clavos o «lengüetas» que sobresalían del borde externo del casco, para proporcionar tracción adicional, modelo que hasta hoy es usado para «herrar» animales que participan en cierto tipo de competencias ecuestres. Ya que el tipo del trabajo al que se someterá al animal, el tipo de terrenos que transitará, la distancia que deberá recorrer, la carga que deberá llevar y aún las características de la competencia en la que deberá participar (salto, carreras, «endurance», etc.), son factores que definirán el modelo de herradura que se utilizará.

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