FACULTAD DE AGRONOMÍA Y VETERINARIA ARGENTINA. SU ORIGEN (19/08/1904)

Por decreto del 19 de agosto de 1904, del poder ejecutivo de la Nación,  se creó el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, actual Facultad de Agronomía y Veterinaria.

En los considerandos se establecía que estando fundadas ya y en función escuelas de instrucción agrícola, era indispensables un instituto que integrara y presidiera el sistema de enseñanza agrícola nacional y fuese, a la vez, un núcleo científico que contribuyera al progreso de la técnica de nuestras dos industrias fundamentales.

«Que para que una institución de esa clase alcanzara el máximum de eficacia llegar a la altura de las mejores que existían en otros países, era muy conveniente establecerla en el principal centro científico y de población del país, como lo era la capital federal con su Universidad».

«Colegios, bibliotecas y establecimiento, de enseñanza de todas clases, además de los laboratorios, museos, jardines botánico y zoológico, clínicas servicio de higiene nacional y municipal, de policía sanitaria, de agricultura y el campo de experimentación y observatorio más vasto que tenía el país».

Los objetivos principales del Instituto eran: preparar veterinarios e ingenieros agrónomos que supieran positiva, teórica y prácticamente las ciencias y técnicas respectivas, en el grupo mayor es de intensidad y superioridad alcanzado en los mejores establecimientos análogos. La duración de los cursos sería de cuatro años y fue elegido primer rector al doctor PEDRO N. ARATA.

Su inauguración oficial se efectuó el 25 de septiembre 1904, con la concurrencia del entonces presidente de la Nación teniente general JULIO A. ROCA, y su ministro de agricultura WENCESLAO ESCALANTE, el Rector de la misma, doctor PEDRO N. ARATA, y la mayor parte de las personalidades de actuación política y científica de aquel momento.

Fue, según un cronista de entonces, una bellísima tarde de primavera, tal vez algo calurosa. El pobre marco, dos edificios terminados y dos pabellones en construcción contrastaba en su modestia con la magnitud del acto y con lo que de él se esperaba.

El ministro ESCALANTE hizo en su discurso inaugural, una exposición de principios y un plan de acción que todavía, a más de medio siglo, es de rigurosa actualidad; agregando que “había surgido la urgente necesidad de crear un Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria que enseñara, en su más alta expresión, las ciencias físicas y naturales en sus aplicaciones a la agricultura y la ganadería, usando de todos los elementos científicos disponibles en el centro de su mayor condensación”.

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