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LA CIUDAD DE TANDIL, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. SU ORIGEN (04/04/1823)
El Gobernador de Buenos Aires, general Martín Rodríguez, decidido a abandonar la política amistosa plasmada en inocuos e inefectivos tratados de paz con los indígenas que “maloqueaban” sobre los poblados del sur de la provincia de Buenos Aires, en febrero de 1823, comenzó a organizar una expedición en San Miguel del Monte, con la intención de establecer una línea de fortines en el sur de la provincia.
La expedición que estaba compuesta por 2.500 hombres, 250 carretas y 7 piezas de artillería, partió desde la ribera sur del río Salado, a la altura de San Miguel del Monte en marzo de 1823 y el 4 de abril de ese año, en un paraje conocido como “Tandil”, comenzaron la construcción de un Fuerte, el llamado “Fuerte Independencia”, que tenía una superficie de seis manzanas.
De inmediato se levantaron las primeras casas de piedra, barro y paja destinadas a la guarnición y a los escasos pobladores y para su protección, el fuerte fue rodeado por un foso de 4,33 metros de ancho por 5 metros de profundidad.
Desde allí, su fundador despachó una carta dando cuenta de su empresa y entre otros párrafos dice: «Campos hermosos, extendidos y quebrados, pastos fuertes y abundantes, aguadas de un gusto exquisito, permanentes por todas partes, lugares privilegiados para todo ramo de agricultura y fruto; sitios aparentes para establecer pueblos defendidos de los vientos más incómodos, y poca costa”.
“Fácilmente defendible de los ataques de la indiada y en una ubicación privilegiada, para intentar el comercio en paz con éstos, son los elementos que presenta reunidos la nueva fortaleza y su ubicación en la frontera”.
El general Rodríguez, al destacar estas ventajas, se entusiasma con el futuro de este emplazamiento y pone su manifiesto sus temores de que las diferentes clases productoras del país, desaprovechen una proposición que les facilite, no sólo los medios de concurrir a sus necesidades, sino también la de engrandecer su fortuna, de un modo que puedan, en un corto tiempo, competir con las primeras de la provincia en su clase».
Esta fundación, provocó el rechazo de los indígenas, que como primeros habitantes de la región, se sentían dueños legítimos de las tierras que ocupaban y reaccionaron violentamente ante el avance de los blancos, llevando a cabo nuevos y trágicos malones sobre los poblados de la región.
Los malones sembraron el terror en la campaña y amenazaban a los pueblos cercanos a Buenos mediante el saqueo, la muerte y la captura de mujeres, hombres y chicos, hasta que envalentonados sus capitanejos, se atrevieron a realizar una invasión devastadora que llegó hasta las puertas del “Fuerte Independencia”, pero fueron rechazados por la guarnición del recientemente fundado Fuerte, lográndose así su apaciguamiento.
El 4 de abril de 1823, el mismo coronel Rodríguez, reubicando a los numerosos pobladores que en territorios adyacentes, habían sido saqueados y despojados por la “indiada”, fundó la ciudad de Tandil, único baluarte civilizado de la frontera, hasta que en 1828, se estableció un fuerte en Bahía Blanca.
A pesar de los peligros que ofrecía vivir en la frontera, este pequeño poblado fue creciendo lentamente y el primer censo realizado en 1853 por el alcalde Regino Barbosa dio un total de 627 habitantes, entre los que se contaban 15 españoles, 14 franceses, 6 dinamarqueses y 5 ingleses. En 1870 se estableció una colonia danesa y en 1895 Tandil obtuvo su título de ciudad, llegando a ser hoy, una bella y próspera ciudad que se convirtió en un orgullo para la provincia y en lugar elegido para el turismo.
Sobre el origen del nombre hay distintas opiniones: algunos aseguran que se debe a un cacique llamado Tandil, amo y señor de esos territorios y otros a una palabra aborigen que significa «sierra alta».