Autor: Horacio 15/12/2015 2 Comentarios

El 23 de junio de 1837 ESTEBAN ECHEVECCHÍA acompañado por otras figuras de la intelectualidad de su época, fundaron la «Asociación de Mayo».

Desde la Revolución de 1810 muy poco se había avanzado en la organización del país, dividido en las sangrientas disputas entre unitarios y federales.

Preocupado por tal circunstancia, ESTEBAN ECHEVERRÍA (imagen). el gran poeta y librepensador, que junto con otros intelectuales se reunían desde hacía tiempo en la librería de MARCOS SASTRE y que había vivido un tiempo en Francia, era el portador del pensamiento romántico y socialista que imperaba en Europa.

Pero sus ideas no estaban desconectadas de la realidad y, por el contrario, recomendaba a sus amigos discutir siempre los problemas nacionales desde un punto de vista práctico.

Finalmente, con el apoyo de la juventud liberal, funda la «Asociación de Mayo», una sociedad que tenía por objeto encontrar soluciones a los problemas argentinos y trabajar en bien de la educación cívica del pueblo, para acabar, por medio de ella, con la existencia de los gobiernos personales.

Se llamó así, porque de los sucesos de Mayo, génesis de una nueva era, arrancaban todos los esfuerzos y conquistas del liberalismo: la independencia, la libertad y el progreso.

Formaron parte de la asociación ALBERDI, VICENTE FIDEL LÓPEZ, JUAN M. GUTIÉRREZ (1), FÉLIX FRÍAS, ENRIQUE LAFUENTE, CARLOS TEJEDOR, JACINTO Y DEMETRIO PEÑA, JUAN THOMPSON, BENITO CARRASCO, JUAN B. EGUÍA, PEDRO CORVALÁN, SANTIAGO ALBARRACÍN, a quienes se les agregaron más tarde FLORENCIO VARELA, SARMIENTO, MARCOS AVELLANEDA, MIGUEL CANÉ, JOSÉ MÁRMOL, F. WRIGT, LUIS DOMÍNGUEZ, BARTOLOMÉ MITRE y otros, que eran lo más brillante y granado de la juventud de aquella época. Para evitar la persecución de Rosas, las reuniones se hacían siempre en diferentes casas.

Pero las puras y patrióticas aspiraciones de ECHEVERRÍA y de sus compañeros provocaron las sospechas de ROSAS, quien denunciando haber descubierto una supuesta conspiración tramada por la Asociación, dispuso el allanamiento de su sede.

Los asociados comenzaron a dispersarse y muchos de ellos debieron exiliarse. Tuvieron que buscar la seguridad fuera de las fronteras de la patria, donde, según la frase de JOSÉ MÁRMOL: «el pan se ablanda con lágrimas de acerbo dolor».

ECHEVERRÍA, que no quería dejar el país, en 1841, partió finalmente hacia Montevideo. Desde allí siguió trabajando, casi en la miseria, sin renunciar sin embargo a sus ideas. Siguió sosteniendo hasta el momento de su muerte: «No somos unitarios ni federales. Queremos la organización nacional, la soberanía y la independencia» (ver Echeverría, José Esteban Antonio).

(1).-Juan María Gutiérrez dirá que Echeverría, en realidad, quiso hacer de la Asociación de Mayo un partido político: “Fue su propósito crear un partido, una fuerza de opinión colectiva y directriz, que comprendiendo con claridad el pensamiento de Mayo, se fortaleciese con él, le desentrañase, le redujera a fórmulas científicas, y se consagrase en seguida, por todos los medios de la acción, a convertirle en organismo social de gobierno a fin de lograr la libertad y el progreso que promete el principio republicano” (Extraído de “Obras completas” de José María Gutiérrez, Tomo V) y el mismo Echeverría dice en una carta dirigida en octubre de 1846 a dos de sus amigos radicados en Chile: “Es necesario formar un partido nuevo, un partido único y nacional, que lleve por bandera, la bandera democrática de Mayo, que nosotros hemos levantado; pero sería error imperdonable confundir la bandera con los abanderados, o el credo con los creyentes”.

Fuentes. “Historia Argentina”, Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; “Historia de las Instituciones Políticas y Sociales Argentinas”. José C. Ibañez, Ed. Troquel, Buenos Aires, 1962”; “Crónica Argentina”. Ed. Codex,  Buenos Aires, 1979; Crónica de Cinco Siglos (1492-1992). Juan Luis Gallardo 1492-1992. Ediciones del Oeste. Morón, Provincia de Buenos Aires, 1998; Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom. Emecé Editores, Brasil 1994; “La Historia en mis documentos”. Graciela Meroni, Ed. Huemul, Buenos Aires, 1969; “Historia Argentina”. José María Rosa, Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1981; “Historia de la Argentina”. Ernesto Palacio, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires, 1868; “Actas y Asientos del extinguido Cabildo y Ayuntamiento de Buenos Aires”. Manuel Ricardo Trelles, Ed. Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1885; “Breve Historia de los argentinos”. Félix Luna, Ed. Planeta, Buenos Aires, 1994; “Cronista Mayor de Buenos Aires”, Editado por el Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2001; “El revisionismo responde”. José María Rosa, Ed. Pampa y Cielo, Buenos Aires, 1864;