Autor: Horacio 11/12/2025 0 Comentarios

De regreso de su fallida expedición por el río Paraná y rechazados en sus primeras tentativas de efectuar desembarcos después de Obligado, la escuadra anglo-francesa, que había desafiado la soberanía de la Confederación Argentina, llevando una poderosa flota y numerosos barcos mercantes en esa aventura con fines exclusivamente comerciales, incendió el puerto de Atalaya (Partido de Magdalena, provincia de Buenos Aires).

Entre las 9 y las 10 de la mañana del 25 de marzo de 1846, luego de someter al lugar a un intenso fuego de artillería, una fuerzo compuesta por 600 efectivos desembarca en el Puerto de Atalaya pero fueron rechazados por la guarnición local, sin que pudieran impedir que antes de retirarse los atacantes incendiaran 8 buques de los 21 que estaban en el puerto y destruyeran los efectos que había a bordo y en tierra (ver La Guerra del Paraná).

Ante este atentado al que deberá agregarse el cometido contra el Puerto de Ensenada el 21 de marzo de 1846, JUAN MANUEL DE ROSAS dispuso por Decreto, la aplicación de las penas establecidas en las leyes generales para los incendiarios, a todos los integrantes de la flota anglo-francesa que se hallen empeñados en estas actividades (Ver Argentina histórica).