Autor: Horacio 25/08/2025 0 Comentarios

NACIÓ EN BUENOS AIRES CARLOS GUIDO Y SPANO . Poeta aventurero y romántico que intentó crear una literatura pura, alejada de las pasiones políticas de su tiempo. Era hijo del general Tomás Guido, compañero de San Martín en las luchas de la independencia y de doña Pilar Spano, chilena. Por eso, buena parte de la infancia y adolescencia transcurrió en ese país, pero fue en Buenos Aires, donde transcurrió su infancia y cursó sus primeros estudios, hasta que en el año 1840, su padre, que desempeñaba la embajada argentina en el Imperio del Brasil, lo llevó a su lado junto con el resto de la familia.

Comenzó a escribir muy chico y sus familiares y amigos lo apodaban “el Poeta”. Él escribió años más tarde esos recuerdos: “No bien cumplidos los trece años, allá por el de 1840, cuando ya me había engullido cuanto libraco me cayera a la mano, quiso mi estrella me apartase del triste espectáculo que ofrecía la patria, víctima de los estragos de la guerra civil, y de la dictadura tremenda engendrada entre las convulsiones políticas… Llegué a Río Janeiro. Salve, románticas montañas, ondas apacibles, islas pintorescas, donde durante la friolera de unos diez años corriendo la gandaya, debía deliciosamente holgazanear!…” En Río de Janeiro empezó a despertar en él, en plena adolescencia, la afición a las letras, las artes y todo lo bello. En 1848 viajó a Francia para visitar a su hermano, estudiante de medicina en Nantes, que estaba muy enfermo y murió antes de su llegada. Se instaló en esa ciudad durante algún tiempo y allí trabajó como editor y librero y tomó parte activa en la vida política del país, criticando el ascenso de Napoleón III.

Regresó a Brasil donde sus poemas comenzaban a ser reconocidos, pero fue acusado de actividades subversivas y regresó a Europa. Pasó un tiempo en Lisboa, Londres y Francia y en 1852, cuando recibió la noticia de la caída de Rosas, decidió regresar al país y aquí se dedicó por entero a la labor literaria. Como su padre había sido funcionario del gobierno anterior, era criticado por la prensa y Guido y Spano salió en su defensa con notas publicadas en Buenos Aires y Montevideo. Por esta época comenzó a ocupar algunos altos cargos públicos. Primero como Subsecretario de Relaciones Exteriores durante la presidencia del doctor don Santiago Derqui y después en el Departamento de Agricultura, en el Archivo Nacional y en el Consejo de Educación. Sin embargo, su mayor preocupación seguía siendo la creación literaria y en 1861 se retiró de la función pública para dedicarse a ella.

En 1871, cuando la peste de fiebre amarilla asoló Buenos Aires, demostró sus sentimientos altruistas alistándose “como el primer soldado en la cruzada defensiva”.

Fue un poeta elegante y sobrio. La más conocida de sus obras, el poema “Nenia”, expresa con profunda tristeza la victoria sangrienta de los argentinos en la guerra contra el Paraguay. Fue también un excelente crítico literario y formó parte de la Real Academia Española. Murió el 25 de julio de 1918 cuando era considerado una figura legendaria en todo el mundo de habla hispana.

Su vida tiene ribetes novelescos. Su figura fue admirada, no solamente por sus rasgos característicos o por su labor intelectual, que fue tan aplaudida, sino por su proverbial bonhomía y calidades de verdadero caballero. Ya anciano, en su lecho de enfermo, solía ser visitado continuamente por toda clase de gente.

Desde los más poderosos hasta los más humildes acudían a admirar a aquel anciano de venerable faz y luenga barba, de una blancura nívea. Fue un delicadísimo poeta “que amalgamó con sello muy personal, el sentido moderno de su poesía con un clásico equilibrio en la expresión de los sentimientos más tiernos y la contemplación casi pagana de la belleza”. Su poesía Nenia (canción fúnebre) es inmortal. No es menos conmovedora su prosa elegante y limpia. Su principal obra de prosista está contenida en Ráfagas, publicado en 1897. También es digna de recordar su autobiografía. Murió el 25 de julio de 1916.