EL TEATRO ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE AZUL (16/01/1897)

El «Teatro Español» de la ciudad de Azul, en la provincia de Buenos Aires, fue inaugurado a fines del siglo XIX e inició una intensa actividad, cuyo brillo fue como el de las luciérnagas y a principio de la década de 1970 comenzó a declinar.

Felizmente recuperado en 1978, cuando tras una larga agonía y a punto de desaparecer, casi destruido por el paso del tiempo y la desidia, fue salvado de un fin que no merecía, por un grupo de vecinos, que decididos a no dejar morir esta joya que enorgulleció a la ciudad de Azul y fue escenario de memorables veladas, se encargó de su reconstrucción.

Las dos etapas en la vida de este Teatro, muestran así, el valor que tiene para el desarrollo de una comunidad, la participación activa y el coraje de sus integrantes, para enfrentar los desafíos que les impone el destino.

Su construcción había comenzado en 1894, un año después de que Azul fuera elevada a la categoría de Ciudad y fue inaugurado el 16 de enero de 1897, con grandes esperanzas para que fuera el polo de atracción cultural y turístico que la ciudad necesitaba para despegar de una monotonía que no le permitía crecer

Tenía una capacidad de seiscientas localidades. Una espléndida lucarna  que pendía de su abovedado techo, una platea con auténticas sillas “thonet”, hermosos vitraux filtrando la luz, un escenario rebatible y una maravillosa acústica, fueron algunos de los detalles que calificaron a esta sala, como una de las más bellas y capacitadas técnicamente de las salas teatrales del país.

No bien levantó el telón, inició una intensa actividad artístico-cultural que trascendió largamente el ámbito de la ciudad. Para presenciar los espectáculos y funciones que allí se ofrecían, llegaba gran cantidad de público proveniente de localidades cercanas y hasta muchos de ellos de la misma Capital Federal, tal la fama que logró.

Solamente la mención de quienes actuaron en esta Sala durante sus primeros años de existencia, nos da idea del ímpetu y la jerarquía del programa de actividades que se le impuso y refleja tanto la importancia que tuvo la plaza, como la calidad de los espectáculos que pudo disfrutar el público durante las exitosas temporadas que se realizaron durante los primeros años de su existencia:

ERMETE ZACCONI, MARGARITA XIRGU, CARLOS GARDEL, AGUSTÍN MAGALDI, JOAQUÍN PÉREZ FERNÁNDEZ, LIBERTAD LAMARQUE y TITA MERELLO, entre otros personajes de la escena y la música y hasta LUIS ÁNGEL FIRPO, quien, en las postrimerías de su carrera, hizo algunas fintas y cruzó guantes en el mismo escenario, donde también actuaron JOSÉ GOLA, ELIAS ALIPPI, PIERINA DEALESSI, CHELA CORDERO y ENRIQUE SERRANO, iluminaron sus noches de gloria.

Pero cosas del destino. Inexplicablemente, comenzando la década de 1970, el Teatro se fue apagando. Vaya a saber cuál fue la causa o las causas que determinaron su ocaso. Fue languideciendo tristemente. Ya no hubo grandes figuras, no hubo público y finalmente, la realidad de una situación económica inestable, hizo que la Sala estuviera a punto de desaparecer definitivamente.

Empezaron a ser corrientes los “cierres temporarios”, las funciones casi sin público y la acumulación de deudas, hasta que todo se derrumbó y los propietarios del Teatro decidieron cerrarlo.

Poco a poco, el paso del tiempo, la lluvia y el abandono, comenzaron a degradar este edificio que otrora fuera orgullo de la ciudad y que comenzó a ser refugio de alimañas y predadores.

Pero no estaba dicha la última palabra. Un grupo de vecinos, de la comunidad azuleña, no quiso que así fuera y logró que el telón volviera a alzarse y retornaran su noches de gala. Acompañados por grandes figuras de la escena nacional, actores, músicos y poetas se convocaron para reflotarlo y lograron el milagro.

Dirá el contador CARLOS FILIPETTI, uno de los artífices de este rescate: “Antes de que no quedara nada, llegamos nosotros; fue una verdadera lucha, pero finalmente todo Azul entendió y entre todos pudimos salvar el Teatro»,

Una cruzada que realizó junto a muchos vecinos azuleños, que como la profesora RAQUEL DE PAULA DE ROLDÁN, ROBERTO KOBER, ARNALDO LUDUEÑO, MARCOS ZUCATTO, IRMA GAYANI, MARIO FERRARI, la ESCRIBANA MARÍA DELIA PRAT DE CRUZ, MIGUEL CASTELLÁN y el arquitecto CARLOS FORTUNATO, entre una legión de otros adherentes y aportantes,  lograron reunir un millón y medio de dólares para reconstruir el Teatro.

En 1978 la Legislatura Provincial declaró al Teatro Español “Monumento Histórico Provincial” y esa fue la orden de partida para el gran desafío que habías asumido los azuleños.

De inmediato se comenzaron las obras para su reconstrucción, que se iniciaron con la reparación del techo, para impedir goteras y filtraciones que causaran más daño a las ya muy afectadas sala y escenario.

Después, procurando salvar hasta el último tornillo que fuera recuperable, se fueron reparando pisos y paredes; se renovaron las aberturas cuyo estado era irrecuperable y por fín, los cortinados, muebles y sistemas fueron puestos a nuevo. Sólo había sido posible recuperar la lucarna original, cuatro vitrales y medio centenar de genuinas sillas “Thonet” (que se instalaron en la “tertulia”).

Finalmente, tras catorce años, el éxito coronó este esfuerzo realizado por toda una comunidad que entendió que era su responsabilidad, salvar este polo difusor de cultura y satisfacción estética:

El Teatro Español, se reinauguró el 12 de octubre de 1992, mediante un acto que formó parte de los festejos por el V Centenario del descubrimiento de América y hoy luce tan lozano y majestuoso como lo fue y quizás también nostálgico, por un pasado de gloria que no se olvida.

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