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EL SALÓN DE LOS RECUSADOS
En 1914, el Salón Nacional de Pintura premia a Fernando Fader y rechaza dos esculturas de Riganelli (en la imagen, una de sus obras) y varios artistas acusan al Salón de premiar la mediocridad y el conformismo.
Disconformes entonces, con el sistema de admisión y de premiación empleado en los salones nacionales de pintura, un grupo artistas plásticos, rompen con la Academia y organizan en la Boca, un Salón paralelo, sin Premios, que nombra “el Salón de los recusados”. Lo preside Florencio Sturla y participan con sus obras José Arato, Santiago Palazzo y Abraham Vigo, mientras que se adhieren Benito Quinquela y Agustín Riganelli.
El 14 de enero de 1917, los pintores militantes anarquistas Stagnaro, Riganelli y los demás promotores del Salón de los Recusados, creado en 1914, fundan la “Sociedad Nacional de Artistas, Pintores y Escultores” y en 1918, se acercan a la editorial Claridad y comienzan a ilustrar sus publicaciones.
En 1919, habiéndose incorporado a ese movimiento los pintores, Adolfo Bellocq y Guillermo Fació Hebequer, se vincularon con socialistas y anarquistas y declaran en “La Montaña”, que se proponen realizar una campaña de profilaxis artística. Sus obras reflejan los conflictos sociales de la hora y las exponen en los sindicatos o a la salida de las fábricas, en la calle o en camiones. Se los llama corrientemente los artistas del pueblo.