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EL PESO. UNIDAD MONETARIA
El origen del peso como unidad monetaria en Hispanoamérica, se remonta a la época de la conquista del continente por parte de los españoles, pero debieron pasar bastantes años y cambios culturales para llegar al concepto de lo que hoy conocemos como “peso”.
Alguna vez nos hemos preguntado por qué la moneda “peso”’ se llama así y por qué, muchos países de América utilizan esa denominación para su moneda, por lo que, buscando una explicación a estos interrogantes, sabemos ahora que:
Hasta comenzado el siglo XVI, en el mundo conocido, las operaciones comerciales generalmente se efectuaban con barras, tejos o barretones de oro, oro en polvo y también trozos y barras de plata, aunque en esa época, en España, ya existían las monedas y se acuñaban en oro, plata, vellón o cobre.
Eran “el castellano” o «peso de oro», a veces llamado simplemente “peso”. Era una moneda que tenía el peso de la centésima parte de una libra de oro fino, una medida equivalente a unos 4,6 gramos de oro que no debe confundirse con el posterior de plata «peso de a ocho» que venía a tener la mitad del valor del de oro y que comenzó a acuñarse recién a mitad de siglo de XVI, desplazando así al oro como principal vehículo de las transacciones y que pronto, comenzaron a exportarse al “nuevo continente”.
En 1535, ya lanzada España a la conquista del nuevo mundo descubierto por CRISTÓBAL COLÓN en 1492, no tardó en hacerse sentir en América la necesidad de acuñar moneda, para lo cual, pronto se instalaron troqueles y cecas (1), siendo la primera la de México (11 de marzo de 1535), a la que siguieron las de Lima, Potosí, Santiago de Chile y más tarde, otras.
La base de las piezas troqueladas era el sistema monetario español, es decir, “el real” o el antiguo “castellano de plata”. Los pesos acuñados en Potosí, eran superiores en “Ley” (es decir con una mayor proporción de oro) al peso mexicano y al chileno, pues contenían 28,50 gramos de oro
Pero la importación de monedas y la introducción de la acuñación en América no supuso el fin del uso de especies para las transacciones comerciales. Cuando los españoles y portugueses llegaron al continente americano no existía la moneda como la concebimos en la actualidad. “Según los cronistas de Indias, los indígenas americanos utilizaban como moneda, granos de cacao, ciertos tipos de conchas y otros productos, especialmente para pagar tributos y al principio, los indígenas, se negaban a aceptar la nueva moneda y la hacían desaparecer, explica JULIO TORRES, curador del Museo Casa de la Moneda de España y autor del ensayo «La implantación de la moneda en América».
Durante el período de la conquista, España no envió plata ni oro a “las indias”, por lo que había muy poca o ninguna moneda acuñada en las Indias españolas, a no ser los discos toscamente forjados por los conquistadores. Así fue que durante la conquista se efectuaban los pagos al peso y había que llevar la balanza a todas partes por las que se iba o se hacían los pagos, cortando eslabones de una cadena de oro.
En 1535 Carlos I de España ordenó el establecimiento de Casas de Moneda en México y Santo Domingo para su fabricación y fue entonces, cuando en la América española, se acuñó por primera vez una moneda de plata denominada “peso”, equivalente a 8 reales. Eran unos discos de 27 gramos (una onza) de oro de tepuzque, que básicamente era cobre, y “ley 0,92” (o sea que tenía un 92% de oro puro. Circuló ampliamente desde el siglo XVI, no solo en la América española, sino también en las colonias europeas del continente. Paralelamente también se empezaron a acuñar las monedas de plata con estas características.
En una segunda fase nacieron las Casas de Moneda de Lima (1565) y de La Plata (1573) que en 1574 fue sustituida por la de Potosí, hoy Bolivia. Y en una tercera se funda la Casa de Moneda de Santa Fe de Bogotá (1626).
«La moneda de plata de ocho reales, también llamada “peso” o “duro”, fue la continuadora hispana de un patrón de monedas grandes y gruesas iniciado en zonas del centro de Europa a finales del XV, señala TORRES en su ensayo. “Esta denominación, dice, junto con el tipo de moneda al que designaba, viajó a otras lenguas de origen germánico, entre ellas el inglés, que dio lugar al dólar», añade. En resumen, diferentes medidas de pesos de metales usadas en el pasado fueron la fuente para denominar una determinada moneda de plata que llegó a ser tan fuerte y respetada que fue adoptada por muchos países.
Con el paso del tiempo, la moneda metálica se comenzó a acuñar en metales industriales (junto con los billetes) y se convirtió en moneda fiduciaria, es decir, en dinero que estaba respaldado por la confianza en una sociedad y no en el valor en sí del metal. En la actualidad, el peso, es la moneda de países de la región como Argentina, Chile, Colombia, Cuba, Filipinas, México, República Dominicana y Uruguay.
(1). Según una acepción del siglo XVI, la ceca es el sello que identifica el derecho de acuñación de una moneda de curso legal.
Fuentes: “Monedas unitarias riojanas en 1830”, Mariano Cohen, “Memorias” del Instituto de Numismática y Antigüedades, “Crónica Argentina, Ed. Codex, Buenos Aires, 1979; La moneda circulante en el territorio argentino”, Héctor Carlos Janson, Buenos Aires, 2016; «Monedas de la República Argentina». Arnaldo J. Cunietti-Ferrando, Editado por el Centro Numismático Buenos Aires, 1971; Investigación personal ante comercios especializados; «La moneda argentina”. Emilio Hansen, Ed. Sopena, Barcelona, 1916; Material oportunamente publicado por Candelaria de la Sota y Rodolfo Gaspar y datos contenidos en “Billetes de la República Argentina 1890-2001” de Roberto A. Bottero, 2002); “Medallas y monedas de la República Argentina”. Alejandro Rosa, Buenos Aires, 1898; “Monedas de la República Argentina”. Alfredo Taullard, Buenos Aires, 1923; “Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom. Emecé Editores, Brasil 1994; “La Historia en mis documentos”. Graciela Meroni, Ed. Huemul, Buenos Aires, 1969.