DESPUES DE LA RECONQUISTA, BUENOS AIRES SE ARMA (06/09/1896).

El 6 de setiembre de 1806 SANTIAGO DE LINIERS, el héroe de la Reconquista, después de expulsar a los ingleses que habían invadido Buenos Aires el 25 de junio de 1806, convencido  que los ingleses intentarían nuevamente hacer pie en el Río de la Plata para colonizar estos territorios, lanzó una Proclama diciendo: “El justo temor de que veamos nuevamente cubiertas nuestras costas de aquellos mismos enemigos que poco hace hemos visto desaparecer, huyendo de la energía y vigor de nuestro invencible esfuerzo,  me hacen esperar que correréis ansiosos de prestar vuestro nombre para defensa de la misma patria que acaba de deberos su restauración y libertad..

A este propósito espero que vengáis a dar el constante testimonio de vuestra lealtad y patriotismo, reuniéndose en cuerpos separados, y por provincias, y alistando vuestro nombre para la defensa sucesiva del suelo que poco hace habéis reconquistado. Vengan pues los invencibles cántabros, los intrépidos catalanes, los valientes asturianos y gallegos, los temibles castellanos, andaluces y aragoneses; en una palabra, todos los que llamándose españoles, se han hecho dignos de tan glorioso nombre. Vengan y unidos al esforzado, fiel e inmortal americano, y de los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a esas aguerridas huestes enemigas. “Compilación de documentos relativos a los sucesos del Río de la Plata de 1806”, Valentín Alsina, Montevideo. 1851, citado por José Toribio Medina en su obra “Historia y Bibliografía a de la Imprenta en el Antiguo Virreinato del Río de la Piata”, N9 314

Reprercuciones del llamado a las armas formulado por Liniers.
“La proclama publicada el 6 del corriente ha suscitado el más vivo entusiasmo y  . vengo a convocarlos por medio de ésta, para que concurran a la Real Fortaleza, los días que abajo irán designados, a fin de arreglar batallones y compañías nombrando los comandantes y sus segundos, los capitanes y sus tenientes, a voluntad de los mismos cuerpos, a los cuales presentaré en aquel acto, un diseño del uniforme que precisamente deben usar. Los días señalados para la concurrencia en el Fuerte son a las dos y media de la tarde a saber: Catalanes, el miércoles 10 del corriente; Vizcaínos y Cántabros el viernes 12, andaluces, castellanos, levantiscos y patriotas el lunes 15. Ninguna persona en estado de tomar las armas dejará de asistir sin justa causa a la citada reunión, so pena de ser tenida por sospechosa y notada de incivismo. Fdo, Santiago de Liniers”.  “Historia de la República Argentina”, Vicente Fidel López, Buenos Aires, 1883).

.»Los muchachos han presentado un memorial pidiendo que se les destine en todo cuanto permiten sus esfuerzos, y LINIERS ha aceptado su deseo. Hasta las mujeres se ensayaron en disparar el fusil y  se hizo necesario publicar  un Bando con varias penas a los Padres de familia que permitieran salir a sus hijos y criados en los Exércitos de muchachos que se formaron. Habían [sic] tomado la diversión de salir los días de fiesta a campaña, para  acometerse con ardor, armados con cañas en forma de sables, pistolas y fusiles,  con su artillería también de caña pero retovada y piedras, como si fueran granadas, ofreciendo un espectáculo al que concurría el pueblo para ver esas batallas, por lo que fue preciso publicar un Eando prohibiendo este bélico entretenimiento» (“Diario de un soldado”, de autor anónimo, Archivo General de la Nación

 “Buenos Aires, 21 de diciembre de 1806. «… en este día se han presentado diez caciques a pedir audiencia a este Ilustre Cabildo, que se juntaron todos en la sala capitular sentados y los diez caciques en el suelo sentados delante de los retratos de Vuestras Majestades. Diciendo que venían a nombre de 20.000 de ellos a ofrecerse con 5 caballos a cada uno [si’c], motivo único a matar a los colorados que sabían querían intentar otra vez quitarnos el suelo. Empeñadísimos en cumplir lo que se ofrecían poniendo por testigo a la luna de la oferta que hacían delante del sol. Enterado el Ayuntamiento por lenguas varias [stc] le dio las gracias y que siempre que se ofreciera se las mandaría avisar y que esta ciudad estaba muy agradecida de ellos.. Todo esto se ha dado a la Prensa que a los enemigos les ha de causar cuidado aunque sean sólo indios con sus armas…» (“Diario de un soldado”, Archivo General de la Nación, Buenos Aires)..

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