CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS DE CÓRDOBA (29/06/1671)

El 26 de junio de 1671,  Fray GABRIEL DE GILLISTEGUI, consagró la Iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba». Había sido designado y autorizado para ello, por el obispo de Tucumán, FRANCISCO DE BORJA.

En 1940, el Poder Ejecutivo de la Nación, por ley número 12.665, declaró de «utilidad pública» este templo levantado por el jesuita cordobés MANUEL DE CABRERA, quien quiso costear para su pueblo natal, «un templo que acreditase dos amores muy fuertes: su amor a la Compañía de Jesús y su amor al terruño, la ciudad de Córdoba».

MANUEL CABRERA era hijo de PEDRO LUIS DE CABRERA Y MARTEL, hijo, a su vez, del fundador de Córdoba GERÓNIMO LUIS DE CABRERA, y de doña CATALINA DE VILLARROEL, hija del fundador de Tucumán, DIEGO DE VILLARROEL y de doña MARÍA MALDONADO DE TORRES.

En 1626, fue enviado por su padre a España a seguir estudios universitarios, embarcándose rumbo a Europa desde Buenos Aires. Al llegar a Pernambuco la nave estuvo a punto de caer en manos de los corsarios holandeses, pero escapó milagrosamente.

Cuando iban acercándose a Lisboa, cuatro meses después, un temporal hizo zozobrar a la nave, a tal punto que los viajeros se dieron por perdidos, entre ellos MANUEL DE CABRERA, quien, según relata uno de los testigos del drama, el sacerdote jesuita P. SOBRINO, «aún no repuesto del miedo por tan corrido peligro, hizo voto de engañar las esperanzas si escapaba, entrando en la Compañía».

CABRERA así lo hizo. Ingresó en el noviciado de Tarragona y ya en el Colegio renunció a todos sus bienes de fortuna, herencia calcu1ada en unos 15.000 escudos de oro.

El 2 de diciembre de 1638, desde el Colegio de Lérida, hizo donación de todos sus legítimos bienes, derechos y réditos que poseía a favor del Colegio de la Compañía de Jesús en Córdoba, con la expresa condición «que todo sea destinado para una iglesia nueva que se ha de levantar y habilitar, por su voluntad, y que nada de ese capital se toque para ningún otro destino».

Ese fue, en verdad, el origen del magnífico templo de la Compañía, como se le conoce y admiran los turistas y habitantes en la ciudad capital de la mediterránea provincia de Córdoba (ver Las Iglesias más antiguas de la Argentina).

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