CARRERA AÉREA A MAR DEL PLATA (19/01/1913)

El 19 de enero de 1913, se realizó en Mar del Plata un festival aéreo que tuvo consecuencias fatales para la aeronáutica argentina.

En los primeros días de enero de 1913 se estaba por inaugurar en Mar del Plata la Rambla de material correspondiente a la zona de la playa Brístol y se habían programado muchos festejos. Entre ellos, la participación de aeroplanos que hacía tres años que se veían en el país: era lo que más llamaría la atención.

Las máquinas que intervendrían en la carrera eran cuatro. Tres de ellas saldrían de El Palomar y una cuarta del aeródromo de Villa Lugano, donde se habían recibido los primeros aviadores argentinos a partir de 1910.

De los tres que saldrían de El Palomar, uno era piloteado por el aviador alemán Lübbe, que llevaría como pasajero al ingeniero Alberto Mascías. Otro, el del joven piloto Pablo Fels. El tercero era el del teniente Manuel Félix Origone, que participaba con un aeroplano de su propiedad, un «Bleriot» similar al de Fels.

Origone era el único militar que intervenía en la carrera aérea. En la madrugada del día 19 de enero de 1913, estaban en El Palomar el ingeniero Jorge Newbery y los demás organizadores y fiscalizadores de la prueba, ultimando los detalles del vuelo.

El tiempo se mostraba inestable y por teléfono o bien por telégrafo requerían repetidos informes meteorológicos sobre la zona a sobrevolar. Debe recordarse que en esa época no existían ni por asomo las actuales ayudas radioeléctricas que facilitan el vuelo.

Los pilotos de aquellos frágiles aeroplanos que se aventuraban lejos de los aeródromos, quedaban librados a su propio saber y suerte. El primero en partir fue Lübbe con su acompañante Mascías. Lo hizo a las 4.30 horas. Regresó a El Palomar a las 5.10 horas porque al pasar sobre el Riachuelo notó que se estaba formando una tormenta. Newbery se puso nuevamente en contacto a través del telégrafo, para obtener más detalles sobre la ruta de vuelo hacia Mar del Plata.

Desde una población sureña se le comunicó que si bien las condiciones del tiempo no eran de las mejores, había la posibilidad de seguir volando. Instantes después los pilotos que habían regresado levantaban nuevamente vuelo en dirección al sur.

Después de la primera partida de Lübbe le tocó el turno a Origone. Enfiló rumbo al S. S. E., en dirección a Dolores, lugar previsto de aterrizaje de todas las máquinas para reabastecerse de combustible. En seguida despegó Fels en la misma dirección.

Entretanto, desde diversas poblaciones del cercano sur de la Capital Federal, comunicaban telegráficamente a El Palomar que se habían visto volar aeroplanos en dirección a Dolores.

A las 7 horas y algunos minutos se recibió en la Escuela de Aviación Militar, la triste noticia de que el teniente Origone se habla matado con su avión. Había caído en Domselaar, pequeña población a 50 kilómetros al sur de la Capital Federal. Según noticias recogidas más tarde por los vecinos de esa localidad, un aeroplano que pasaba por encima de ella, luchaba contra un fuerte viento.

Era el de Origone. A las 5 horas 41 minutos un fuerte viento arrachado había azotado violentamente su frágil aparato como a 300 metros de altura y a 200 de las vías del Ferrocarril Sur (actualmente General Roca).

Origone se esforzó inútilmente para mantener el equilibrio de su máquina, pero una ráfaga más violenta que las anteriores lo precipitó a tierra, muriendo instantáneamente.

Los demás participantes de la carrera aérea no pudieron lle­gar a Mar del Plata. Ante una fuerte tormenta Fels aterrizó al llegar a General Belgrano.

Al mejorar el tiempo levantó de nuevo vuelo, pero ráfagas de viento lo obligó a aterrizar definitivamente en Ranchos, abandonando la tentativa. Lübbe y Mascías habían descendido también por las malas condiciones atmosféricas cerca de General Belgrano.

El piloto francés Castaibert, cuarto participante, llegó hasta Dolores partiendo de Villa Lugano. Pudo eludir la tormenta que soportaron los demás. Enterado en dicha etapa de la tragedia ocurrida, decidió interrumpir el vuelo y regresar a Buenos Aires para asistir al sepelio del oficial fallecido.

El teniente Origone fue el primer aviador que murió en nuestra patria con un aeroplano. Por ello es que el 19 de enero ha sido oficialmente instituido desde el 12 de enero de 1942, como el «Día de los Muertos de la Aviación Militar Argentina» (ver La Aeronáutica Argentina. Sus orígenes, sus logros).

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