BUSTOS, Juan Bautista (1779-1830)

Militar de carrera llegó a general. Gobernador de Córdoba entre 1820 y 1828, que se hizo tristemente célebre con motivo de la sublevación de Arequito, que precipitó al país en la más grande anarquía.

Nació en el Valle de la Punilla, Córdoba el 29 de agosto de 1779. Ingresó en la carrera militar; encabezó a los Auxiliares cordobeses que combatieron contra los ingleses en Buenos Aires. Comandó a los Arribeños en octubre de 1806 contra los británicos y fue ascendido a capitán del Ejército de Línea, en premio a que con solo 19 hombres enfrentó a 217 ingleses, obligándolos a dispersarse.

En 1810, apoyó inmediatamente la Revolución de Mayo y perteneció al primer Ejército del Norte. En 1815, siendo ya coronel, condujo los refuerzos que se enviaron desde Buenos Aires para Rondeau, después de la derrota de Sipe Sipe (1815). Sirvió bajo las órdenes de Manuel Belgrano quien en 1816 lo envió para reprimir el levantamiento de Borges en Santiago del Estero y luego, en 1817,  para ocupar Córdoba, debido a las hostilidades desarrolladas por las provincias del litoral.

En 1819, tras el desastre de “Herradura”, estuvo en peligro de muerte. Designado jefe del Estado Mayor en el Ejército del Norte encabezó la llamada “sublevación de Arequito” del 8 de enero de 1820, marchó sobre Córdoba y se apoderó del Gobierno de esa provincia. Y fue a partir de allí que comenzó a participar en la política cordobesa, procurando hacer de Córdoba una poderosa base a partir de la cual neutralizar los combates y mediar en las diferencias entre Buenos Aires y las provincias.

Convocó a un Congreso Constituyente a reunirse en Córdoba para redactar una constitución satisfactoria a ambos grupos; infructuoso en sus planes, se opuso a la Constitución centralista sancionada por el gobierno de Rivadavia y decidió combatir lo que él consideraba una estrategia para forzar a Córdoba y a las provincias centrales a aceptarla junto con las reformas eclesiásticas y de gobierno de Rivadavia. En 1828, fue desalojado del gobierno de Córdoba, por el general José María Paz, luego de la derrota que sufriera en 1819 en el combate de San Roque, a manos de Estanislao López. Derrotado y separado como gobernador por su antiguo amigo y colega el general Paz, huyó hacia La Rioja, en busca de la protección de Facundo Quiroga, pero en 1829, sufrió una nueva derrota en La Tablada.

Abandonó las filas del general Quiroga para marchar hacia Santa Fe en donde murió el 18 de septiembre de 1830, a consecuencia de un golpe que recibió al arrojarse a un río desde un barranco, para evitar caer prisionero. El general Bustos desdoró los meritorios servicios de sus primeros años con su defección a la causa del orden (ver Sublevación de Arequito), defección que provocó innumerables males a la República. Sobre la actuación de este jefe y caudillo pueden consultarse las memorias póstumas de los generales Paz y Lamadrid y las historias escritas por el general Mitre y el doctor Vicente F. López.

 

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