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BURMEISTER, Karl Hermann Konrad (1807-1892)
El Doctor Carlos Germán Conrado BURMEISTER (tal su nombre después de obtener su carta de ciudadanía), nació el 15 de enero de 1807 (o quizás el 31 de enero de ese año) en Stralsund, pueblo alemán situado sobre el mar Báltico, en Pomerania, en esa época bajo el dominio de Suecia. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal. Luego, en noviembre de 1829 se doctoró en medicina y al mes siguiente se graduó como doctor en Filosofía, con la tesis “Sistema natural de los insectos”. Fue cirujano en Berlín y luego en Colonia, profesor de Historia Natural y luego profesor de Zoología en la Universidad de Halle (Alemania) y fue considerado uno de los profesores de esa materia más célebres de dcha Universidad. Mantuvo correspondencia con Humboldt, quien elogia su libro “Historia de la Creación”, que fue traducida a cuatro idiomas y tuvo seis ediciones.
Luego de un viaje a Río de Janeiro y a Minas Geraes que realizara en 1850, escribió “Sinopsis de los animales de Brasil” . En 1856 viaja al Río de la Plata y hasta 1861 permanece en estas tierras visitando Rosario, Paraná y Mendoza, pasando por Río Cuarto y San Luis, escenarios que le imponen la magnificencia de la Cordillera nevada. Efectúa estudios geológicos y paleontológicos en Paraná y desde Rosario envía a Hamburgo sus apuntes y material recogido en sus excursiones
Recorrió el país y se sintió poderosamente atraído por la riqueza de nuestra flora y fauna. Incursionó por las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Paraná, donde realizó estudios paleontológicos y geológicos, cuyos apuntes, junto con el material que recogiera durante sus excursiones, envió a Hamburgo. Viajó a Córdoba, a San Luis, a Mendoza y a las provincias del Norte. Visitó Tucumán y Catamarca, desde donde cruzó la cordillera hasta Copiapó, en la República de Chile. Luego pasó a Lima y al Callao. Finalmente, pasando por el itsmo de Panamá se dirigió de regreso a Europa, donde en 1861 se dedita su su obra “Viaje a los Estados del Plata (1857-1860)”, con referencia especial a la constitución física y el estado de la cultura de la República Argentina.
En esta obra describe con acierto, claridad y entusiasmo sus impresiones sobre el Buenos Aires de entonces. la idiosincrasia de los porteños, que, orgullosos de la gran ciudad, se le mostraba con cierta presunción por sobre los demás habitantes de la Argentina y describe con lujo de detalles la ganadería de la Pampa y de Cuyo y la producción azucarera del Norte. Describió todo lo que observaba: el paisaje, el gaucho y sus costumbres, el mate, las viviendas, los vestuarios y en especial algunas plantas y árboles con particularidades que lo sorprendieron, tales como el algarrobo y la utilización de sus frutos como forraje para el ganado, en la industria farmacéutica.y como y base para fabricar bebidas alchólicas (aloja); el sauce, con cuya corteza en la campaña se hace una bebida que dice curan las fiebres, numerosas plantas y yuyos con facultades terapéuticas según las creencias populares, etc. etc. .Todo lo que vio y escuchó BURMEISTER en esos viajes, fue descrito con una prosa didáctica y narrativa que expone un real entusiasmo por lo que iba observando y el nacimiento de un profundo amor por esta tierra, afecto que lo llevó a solicitar la ciudadanía argentina, derecho que le fue concedido el 28 de abril de 1874.
En 1861 regresa al Río de la Plata y el 1º de setiembre de 1861, ofrece sus servicios al gobierno y el Presidente BARTOLOMÉ MITRE, por Decreto de fecha 4 de febrero de 1862, lo nombra Director del Museo Público de Buenos Aires (origen del actual Muuseo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”). Según sus biógrafos, “de un simple gabinete de curiosidades que pusieron a su disposición, él creó una institución científica de gran valor”. En 1863 inicia la publicación de los “Anales del Museo Público” y actúa prácticamente solo, como Director e investigador, preparador, conservador, empleado, dibujante, corrector de pruebas, etc.
Trabaja sobre los mamíferos fósiles del territorio pampeano, dándolos a conocer en monografías ilustradas con litografías y grabados diseñados por él mismo y en los Anales, informa que los animales antediluvianos, constituían la parte más rica del Museo de Buenos Aires y que la provincia de Buenos Aires, es el más abundante depósito de éstos. Los esqueletos más curiosos y completos de animales antidiluvianos que se exhiben en los museos de Londres, París, Madrid, Turín, etc., todos, han salido de la provincia de Buenos Aires.
Describió también varios mamíferos fósiles en la “Revista de la Farmacia Argentina”, publicada por la “Sociedad de Farmacia Argentina”, fundada por ANTONIO DEMARCHI en 1857, en cuyas páginas también fueron publicados los primeros trabajos paleontológicos de BURMEISTER. El 11 de junio de 1866 se fundó la Sociedad Paleontológica de Buenos Aires y fue precisamente DEMARCHI uno de sus socios fundadores junto con BURMEISTER.
En 1869, el Presidente SARMIENTO y su Ministro NICOLÁS AVELLANEDA, le encomendaron la organización de la “Academia Nacional de Ciencias de Córdoba y aesos efectos, trae desde Europa un grupo de científicos y docentes con los que se dotaran los claustros de Profesores de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba que SARMIENTO había dispuesto crear durante su presidencia.
En 1871 volvió a Alemania “solamente por dos años” dijo antes de embarcarse, porque “volveré para dedicarme por completo a la estudio y clasificación cientñifica de toda la región del Plata”. Cumplió su promesa y en 1873 regresó a Buenos Aires y reasumió su puesto como Director del Museo AregtInino de Ciencias Naturales, cargo que desempeñó hasta que ocurrió su muerte el 2 de mayo de 1892.
BURMEISTER fue el prototipo del sabio cabal, según ha dicho MAX BIRABÉN. Un accidente fatal que sufrió estando en “su Museo”, lo llevará a la muerte Tenía ya 85 años y en febrero de 1892, al intentar abrir una vitrina subido a una escalera, trastabilló y al caer, lo hizo rompiendo un cristal, lo que le produjo severas contusiones y heridas. Debilitado por este accidente solicitó su retiro en abril de ese mismo año, designando al Doctor CARLOS BERG como su sucesor por desaveniencias que mantenía con su contemporáneo, el Doctor FLORENTINO AMEGHINO. El Doctor BURMEISTER finalmente falleció en su domicilio de la calle Belgrano, el 2 de mayo de 1892, a raíz de las complicaciones surgidas en ese accidente.
Sus restos fueron llevados y depositados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales el 2 de mayo de 1967, cuando era el Doctor MAX BIRABÉN su Director y hoy, un monumento erigido a su memoria en el Parque Centenario, recuerda el paso de este gran hombre por la Historia Argentina.