RIVERO, ANTONIO (1790-1845).

ANTONIO RIVERO, conocido por la Historia como «el gaucho Rivero», presuntamente, nació en la provincia de Entre Ríos el 27 de noviembre de 1790 y fue un simple peón de campo, que en 1833 lideró un alzamiento en Puerto Soledad, poco después de que los ingleses ocuparan por la fuerza el archipiélago (ver Inglaterra se apodera por la fuerza de las Islas Malvinas).

Con ocho de sus compañeros, peones como él, atacaron la Comandancia de Puerto Soledad y dieron muerte a cinco de los empleados de LUIS VERNET que explotaban y maltrataban a los peones que trabajaban en la isla.

VERNET, que había sido el gobernador de las islas hasta la llegada de los ingleses intrusos, en pago de su traición (ver La traición de Luis Vernet), había  sido autorizado por los invasores para que continuara administrando sus intereses particulares en Puerto Soledad (pesca y ahumaderos) y a tales efectos, tenía contratado numeroso personal, algunos con responsabilidades y la mayoría como peones, entre los que se hallaba «el gaucho RIVERO».

Se sabe muy poco del origen y la historia de RIVERO de antes de este suceso. Lo único verdaderamente certificado es lo que dijo en sus cartas JAMES ONSLOW, el comandante de la “Clío”, consignando que cuando los ingleses llegaron a las islas, había un peón que según los registros, se llamaba Rivero, que era oriundo de Entre Ríos, que tenía 26 años y que los lugareños llamaban “Antuco o Antook”, Alguien que lo conoció, lo describe simplemente como “español” (en inglés “spaniard”), término que podría referirse a cualquier hispanohablante.

Llegó a las islas Malvinas con VERNET en 1829, contratado como peón para realizar tareas en el campo y llegado allí, entre otras ocupaciones, amansaba y criaba ovejas, vacas y cerdos, trabajando con otros gauchos e indígenas charrúas que también oficiaban de peones.

Cuando en 1833 llegaron los ingleses a bordo de la fragata “Clío”, RIVERO ya era un referente y líder de los gauchos e indios que trabajaban en la isla y después de que los invasores se posesionaran del lugar, él con un importante grupo de trabajadores se quedaron y debieron resistir los maltratos y duros trabajos que los ingleses les imponían. Estaban sometidos a un régimen muy estricto y severo y bajo el férreo control de un capataz, un francés llamado JUAN SIMÓN, que era secundado por el mayordomo de VERNET, el inglés MATTHEW DICKSON.

Cuando dejaron de pagarles sus magros salarios con dinero, entregándoles “vales” y les prohibieron faenar ganado o consumir animales domésticos para su alimentación, obligándoles a que cazaran y pescaran para subsistir, el descontento explotó con violencia y aprovechando la ausencia de gran parte de la guarnición inglesa que había salido a cazar lobos marinos, el 26 de agosto de 1833, ANTONIO RIVERO secundado por JUAN BRASIDO y JOSÉ MARÍA LUNA y cinco “indios charrúas (Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar, Manuel González y Pascual Latorre) atacaron la Comandancia de Puerto Soledad.

Pobremente armados con cuchillos, improvisadas boleadoras, viejos espadones y tres mosquetes, enfrentaron a los ingleses, mataron a cinco de ellos, que eran quienes los había martirizado con su destrato (William Dickson, Matthew Brisbane, Juan Simón, Ventura Pasos y el alemán Antonio Vehingar) y los expulsaron de Puerto Soledad, obligándolos a instalarse en la isla Celebroña del mismo Archipiélago.

Los ocho sublevados se instalaron luego en la casa de la Comandancia y la refaccionaron para hacerla más habitable. Arriaron la bandera inglesa e izaron la argentina y durante cinco meses la bandera británica no pudo ser izada en las islas.

Pero la ocupación solo pudo mantenerse durante dos meses. El 23 de octubre de 1833 atracó en Puerto Luis, la goleta británica “Hopeful” seguida por dos balleneras también británicas. La “Hopeful” rescató a los ingleses y colonos que se habían instalado en la isla Celebroña y rehusando un enfrentamiento directo con los facciosos, decidió retirarse para reportar la situación a sus superiores.

El 9 de enero de 1834, la “Hopeful” regresó a la isla Soledad junto con la también británica “HMS Challenger” cuyo capitán, GEORGE SEYMOUR, inició una larga negociación con los sublevados que amenazaban con ejecutar rehenes si no se les permitía retirarse sin que se los persiguiera. Amenazas, promesas, exigencias y propuestas iban y venían, hasta que finalmente uno de ellos, JOSÉ MARÍA LUNA se entregó el 11 de enero de 1834, prometiendo que a cambio de su perdón, los ayudaría a apresar a sus excompañeros.

El 21 de enero de 1834 los británicos lograron recuperar el control de Puerto Soledad. Los siete sublevados restantes, muy superados en número y armamento, optaron por retirarse al interior de la isla y el teniente Henry Smith, el oficial a cargo, ordenó la persecución de los sublevados, aunque no les resultó fácil capturarlos, necesitando enviar varias expediciones.

Finalmente, los ingleses lograron apresar a todos los rebeldes. El último en ser capturado fue el mismo RIVERO, quien se entregó el martes 18 de marzo de 1834 al saber que todos sus compañeros ya estaban presos y viéndose rodeado por dos grupos de fusileros británicos.

Los insurrectos, encadenados, fueron trasladados a bordo del HMS Beagle a la estación naval británica de América del Sur, con base en Río de Janeiro y allí se les inició un proceso penal por motivos no bien documentados y luego, un tribunal británico los condenó a muerte.

Pero el juez de la causa consideró que los hechos por los que fueron acusados se dieron fuera de los dominios de la corona británica y que está no tenía jurisdicción alguna sobre el territorio donde sucedieron los acontecimientos, lo que le permitió al Almirantazgo británico ordenar que RIVERO y los suyos fueran liberados en Montevideo.

Como todos los aspectos de su vida, nada se sabe de lo que le pasó después al «gaucho RIVERO» ni el lugar ni la fecha de su muerte. Todo es un misterio y su vida permanece en el mundo de lo desconocido, aunque algunos autores, afirman que murió de viejo, de muerte natural, en fecha y lugar que se desconocen, mientras que otros autores afirman que fue incorporado al ejército de la Confederación por JUAN MANUEL DE ROSAS y con el argumento de que en una lista de combatientes en la batalla de “La Vuelta de Obligado”, aparece un “sargento Antonio Rivero”, aseguran que ”el héroe de las Malvinas”, falleció en esa batalla el 20 de noviembre de 1845.

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