PAUNERO, WENCESLAO (1805-1871)

General. Nació el 28 de setiembre de 1805 en Colonia del Sacramento, Departamento de Montevideo, parte integrante entonces del Virreinato del Río de la Plata.

Estudió corto tiempo en el Colegio de San Carlos de Buenos Aires y luego se dedicó al comercio. En 1825 residía en Corrientes y al enterarse de la inminencia de la guerra con el Brasil, ofreció sus servicios y formó parte del Destacamento de Correntinos, iniciando así una carrera militar que habría de prolongarse por más de cuarenta años.

Luchó luego en Ituzaingó y en 1827 fue hecho prisionero por los brasileños en Fraile Muerto. En 1829 volvió a unirse al general unitario JOSÉ MARÍA PAZ, bajo cuyas órdenes había combatido en Brasil y participó en la campaña de Córdoba.

Luchó en la batalla de San Roque (22 de abril de 1829), en La Tablada (22 de junio de 1829) y Oncativo (febrero de 1830) contra las fuerzas federales de JUAN FACUNDO QUIROGA.

Al año siguiente se lo designó para combatir a los montoneros y a los indios, bajo el mando de ARÁOZ DE LAMADRID, aunque no participó en la batalla de La Ciudadela librada en noviembre de 1831.

El 10 de mayo de 1831, al caer prisionero el general PAZ, fue desterrado a Bolivia. . Vivió varios años allí ocupándose de sus negocios y practicando periodismo con BARTOLOMÉ MITRE, con quien forjó una estrecha y duradera amistad y contrajo enlace con PETRONA HARREA, hermana de JOSÉ BALLIVIÁN, el Presidente de Bolivia.

Se encontraba en Valparaíso (Chile), sufriendo todavía su destierro, cuando supo del pronunciamiento del General URQUIZA contra ROSAS. No vaciló un instante en embarcarse para Montevideo a fin de sumarse a las fuerzas que iban a combatir contra el gobernador de Buenos Aires.

Fueron sus compañeros de viaje DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, BARTOLOMÉ MITRE y otros numerosos patriotas que estaban en su misma situación como desterrados de su Patria.

Luego, en la batalla de Caseros tuvo bajo su mando la caballería uruguaya. En la formación del nuevo gobierno, luego de la caída de ROSAS, apoyó al de Buenos Aires más que al de la Confederación de URQUIZA y como oficial del ejército de Buenos Aires en 1853, prestó servicios en Azul en la frontera meridional con el indio.

Fue Comandante de las guarniciones en San Nicolás de los Arroyos, Bahía Blanca y tomó parte en la expedición a las Salinas Grandes contra los indios.

En 1859 actuó como jefe del Estado Mayor del general de MITRE y comandó el centro del dispositivo de combate que adoptaron las tropas de MITRE en la batalla de Cepeda.

Fue nuevamente destinado a una guarnición en el sur y luego en setiembre de 1861, durante la batalla de Pavón, volvió a comandar el centro de la línea de las fuerzas que combatieron allí y fue ascendido al grado de General en el campo de batalla.

La mayor parte de los años siguientes los pasó en misiones de pacificación de las provincias del interior, incluyendo la que cumplió durante la represión de una revolución liberal que se produjo en Córdoba y las campañas contra el Chacho PEÑALOZA (ver  Peñaloza, Ángel Vicente).

En 1862, creyendo que PEÑALOZA era el hombre más adecuado para poner coto al desorden reinante en la región de La Rioja, celebró con él un convenio de paz y lealtad y cuando PEÑALOZA se sublevó otra vez al año siguiente, PAUNERO, sintiéndose defraudado por el caudillo riojano, no aceptó una nueva tregua y decidió enfrentarlo con las armas y el  28 de junio de 1863, en la batalla de Las Playas lo derrotó definitivamente.

En 1865 al estallar la guerra del Paraguay, como Comandante del Primer Cuerpo de Ejército, retomó la ciudad de Corrientes que había caído en manos de los paraguayos y casi logró aislar del Paraguay a las fuerzas invasoras de FRANCISCO SOLANO LÓPEZ y fue el primer comandante aliado que penetró en territorio de ese país.

Después de la batalla de Curupaytí, PAUNERO partió del Paraguay para sofocar el estallido de violencia que se había producido en Cuyo bajo la conducción de los VARELA y JUAN FELIPE DE SAA, que desafiaron la autoridad del gobierno de MITRE. No retornó al Paraguay y se dirigió a Buenos Aires llamado por un grave problema familiar.

Después de la guerra con Paraguay, fue Ministro de Guerra en las postrimerías del período presidencial de MITRE y en 1868 frustrado candidato a la vicepresidencia por el partido nacional. Como cierre de su brillante foja de servicios castrenses, durante la presidencia de SARMIENTO fue nombrado Embajador en el Brasil y colaboró eficazmente en las difíciles negociaciones de paz que siguieron a la guerra del Paraguay, reforzando las relaciones argentino-brasileñas en otros aspectos, tales como el intercambio de los servicios postales y la manumisión de cualquier esclavo brasileño que entrase en territorio argentino.

Falleció en Río de Janeiro, Brasil el 7 de junio de 1871. Sus restos mortales fueron sepultados en el cementerio de Botafogo y en 1891 repatriados a la República Argentina.


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