LOS SOLDADOS DE ROSAS. OTRA OPINIÓN

LOS SOLDADOS DE ROSAS, ERAN HOMBRES PREPARADOS PARA LA GUERRA Y FIELES SEGUIDORES DE SU JEFE HASTA LA MUERTE, O ASESINOS DESPIADADOS?.

Ateniéndonos a nuestras normas, para brindar a nuestros usuarios las mejores armas, para que puedan formarse una opinión, más acercada a la realidad, que a la verdad ofrecida subjetivamente, incluímos a continuación un texto enviado por un usuario.

«Me referiré al texto así titulado en elarcondelahistoria, diciendo que lamentablemente el señor Sarmiento no pudo ocultar el visceral odio que le tenía a Rosas y a todo lo que él significaba y representaba: la existencia del gaucho, la gente de campo inculta, las masas empobrecidas, los milicianos, que “por ración y techo” se jugaba la vida por sus esperanzas, los que usaban poncho y no levita, todos ellos, gente de pueblo, que lo seguía hasta la muerte» (ver Los soldados de Rosas).

«Porque el señor Sarmiento odió todo eso, volcó su veneno en sus obras y su filosa y educada lengua le fue muy útil para denigrar a esta gente, como lo hizo en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, registrado en el Diario de Sesiones del 13/09/1859) y en la infinidad de cartas que se conservan de su nutrida correspondencia» (1).

«El señor Sarmiento, para afianzar su desprecio, mezcla a la mazorca, con los soldados que actuaban bajo las órdenes de Rosas, en su ayuda a Dorrego, durante la Campaña al desierto, en la Vuelta de Obligado, en el Sitio a Montevideo y en tantos otros encuentros armados que se produjeron durante la nefasta guerra civil que enfrentó a los argentinos y en defensa de nuestra soberanía, y esto es un error intencional de nuestro “prócer”.

«Los soldados de Rosas no eran bestias feroces. Era gente muy disciplinada y aguerrida que amaba a su líder y veía en él, la posibilidad de vivir una esperanza, apoyando sus gestas y para lograrlo, se hicieron soldados y como tales, fueron no feroces. MUY FEROCES, porque para triunfar en el campo de batalla, se necesita eso que no tienen las niñas, los pusilánimes ni los cobardes, que como él, cuando el cólera invadió las calles de Buenos Aires, rápido se fue en busca de mejores aires».

Resumen de Historia Argentina

«Dice Sarmiento que «los veía tendidos de medio lado, vestidos de rojo, chiripá, gorro y envueltos en sus largos ponchos de paño?. Cómo los pudo ver si esos soldados que el «vio» no fueron los que participaron en ese escenario?.

Rosas, para ese evento, había enviado 4.000 soldados entrerrianos que tenían un uniforme muy distinto  al de una famosa pintura que muestra «un soldado federal» recostado. Lo que si debe haber visto, cómodamente instalado bajo un parral, en el patio de su casa, quizás haya sido ese famoso cuadro de Raymond Monvoisin, que así lo presenta».

«Y como esto, que fue un truco de su mente enferma de odio, mezclando fantasías con la realidad, se hizo cierto y así quedaron grabados en nuestra Historia, una infinidad de hechos, actitudes, palabras y opiniones de nuestro pasado, nos han llegado tergiversadas».

«Elucubradas para afianzar una postura ideológica, se hicieron ciertas y así quedó grabada para siempre en nuestra Historia. Porque fueron dichas quizás, por alguien que merece nuestro respeto, pero que como ser humano, es prisionero de sus propias pasiones».

«Algún día, será necesario saber la realidad de nuestra Historia. Yo he llegado a comprender, que cada uno de los que la escribieron, lo hizo desde una posición totalmente subjetiva. Influenciado por sus propias vivencias, aspiraciones, miedos y prejuicios».

«El ser humano es así. No pretendamos cambiarlo. Si pudiéramos hacer que volvieran a la vida Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre, Justo José de Urquiza, el ilustre abogado cordobés Dídimo Pizarro y tantos otros que fueron contemporáneos de Sarmiento, lo conocieron bien, sufrieron su iracundia y su desprecio, quizás sepamos qué hay de cierto y de verdad, en lo que ha dejado escrito y dicho a lo largo de su vida».

«El señor Sarmiento para denigrar a Rosas, oculta lo que sabe: No fue Rosas quien comandaba esos soldados, ni sus soldados eran solamente los que mantuvieron sitio sobre Montevideo».

«Este suceso se produjo en 1843 durante la llamada “Guerra Grande”, cuando soldados de la Confederación Argentina y uruguayos «blancos», se enfrentaron bajo el mando del general oriental Manuel Oribe, Justo José de Urquiza, el general  Ángel Pacheco y el almirante Guillermo Brown, contra uruguayos del Partido Colorado, argentinos «unitarios», soldados de la Legión italiana, soldados franceses, ingleses y brasileños».

«Y si hubo desmanes, actos de crueldad y “   , fueron hechos bajo la responsabilidad de sus jefes, a los que Sarmiento, ni se atreve a mencionar» (Urquiza era su gran amigo en esos momentos).

«Nadie puede poner en duda los valores personales de este ilustre ciudadano argentino, su aporte a la cultura nacional, el valor testimonial de sus obras, los importantes servicios que le prestó al país, su inclaudicable lucha para mejorar el sistema educativo argentino y jerarquizar y capacitar a la docencia y finalmente, la excelente presidencia que ejerció, pero nadie podrá negar tampoco, que según sus contemporáneos, se trataba de un individuo iracundo, testarudo, fanático liberal, con amores y odios superlativos y cambiantes, irreverente y clasista».

«Valgan como muestra, algunas expresiones que (documentadamente) se le atribuyen, para comprender los porqué de estos adjetivos, algunos de los cuales exponemos a continuación, adhiriendo a lo dicho por el historiador francés Marc Léopold Benjamin Bloch, “La incomprensión del presente, nace fatalmente de la ignorancia del pasado” (2).

(1). “Tengo odio a la barbarie popular… La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil. Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas” (Domingo Faustino Sarmiento carta a Bartolome Mitre desde Buenos Aires (24/09/1861) y desde los EEUU (1865)

(2). “Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos?. ¿Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer” (Discurso de Domingo Faustino Sarmiento en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, registrado en el Diario de Sesiones del 13/09/1859).

“Se nos habla de gauchos, …la lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos” (Carta de Domingo Faustino Sarmiento a Mitre (20/09/1861).

“Cuando decimos pueblo, entendemos los notables, activos, inteligentes: clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya clase pertenecemos nosotros, pues, no ha de verse en nuestra Cámara (Diputados y Senadores) ni gauchos, ni negros, ni pobres”. Somos la gente decente, es decir, patriotas” (Domingo Faustino Sarmiento, Discurso de 1866)

Y si quien lee esto, quiere enterarse de otros dichos que confirman lo aquí expresado, me permito derivar al lector a la página de Silvio Ansaldi “Sarmiento. Sus Dichosos Dichos Dicharacheros” (ver Dichosos Dichos Dicharacheros de Sarmiento)

Fuentes “Sarmiento. Recuerdos de la barbarie”. Nac&Pop; “Cien frases famosas de Domingo Faustino Sarmiento”. Victorio Minotti Ed. Comercio, Buenos Aires, 1944; “Sarmiento. Sus Dichosos Dichos Dicharacheros”. Silvio Ansaldi.

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