LA ANTIGUA IGLESIA SAN JOSÉ DE FLORES (1830)

En 1830 siguiendo lo lineamientos de un estilo arquitectónico característico del  neoclasicismo inglés, fuertemente aferrado a las expresiones del estilo neogriego y a veces neorromano, se construyó en Buenos Aires, la “Iglesia de San José de Flores”, sobre la Parroquia que en 1806 habia creado el obispo BENITO LUÉ Y RIGA.

Se encuentra ubicada a unos siete kilómetros del centro de Buenos Aires, sobre  la avenida Rivadavia a la altura del 6950. Luego de haberse realizado varios intentos de levantar una Capilla en es elugar,  se le encomendaron los diseños y la dirección de las obras al arquitecto español FELIPE SENILLOSA, de relevante actuación en este período de la arquitectura bonaerense, un profesional que probablemente sea el que más representa una continuidad expresiva con los valores de la arquitectura colonial. Su obra, como bien señala ALBERTO DE PAULA, “nos deja una imagen de nitidez y límpido diseño; su sensibilidad, en general rechasza los ornatos superfluois y hace un uso mesurado de cornisamientos y molduras”. No de- ser ajeno a estas características, el hecho de que SENILLOSA fuera español y tuviera conocimiento preciso de los méritos de la arquitectura de su país.

La Iglesia “San José de Flores”, ocupaba un rectángulo de veinte por veinticuatro metros y poseía, al igual que el Templo Anglicano “San Juan Bautista”, un remate neoclásico y un pórtico de seis columnas, en este caso, de estilo toscano que mostraba una cierta influencia española en la compactación y la cuadratura del conjunto, así como la tendencia a reemplazar las naves laterales por capillas autónomas. La adopción de un diseño  con tendencia a la forma cuadrada, fue muy poco frecuente en las iglesias católicas de la República Argentina, donde se ha preferido siempre, el trazado claramente rectangular. La fachada de la Iglesia de San José de Flores culminaba en dos campanarios gemelos de forma cilíndrica y altura reducida.

Esta antigua Iglesia fue demolida en 1879 y en su lugar, en 1880,  se levantó la que actualmente podemos ver, obra de los constructores italianos PANUZZI y LOMBARDO.

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