LAS LÁMINAS DE BACLE (1828)

A fin de de 1828, CÉSAR HIPÓLITO BACLE, nacido en Versoix (Suiza) el 16 de febrero de 1794, llega a Buenos Aires e instala un taller de litografía. De sus planchas nacieron una serie de grabados pintorescos, dibujados a veces por él, a veces por su esposa, ANDREA BACLE, o por otros artistas que lo secundaron. Muchas láminas de BACLE adquirieron pronto una rápida popularidad. Se exhibían en las vidrieras como hoy se exhiben las revistas ilustradas. El público adquiría una lámina que representaba los funerales del coronel Dorrego, o un retrato del general Belgrano, o una representación de la batalla de Salta, como hoy se adquieren fotografías, retratos o cuadros.

Pero pronto este ginebrino, que además de grabador era naturalista, cartógrafo y un poco astrónomo, se fue encariñando con los temas de la ciudad y llegado el año 1833 publicó una serie de láminas que tituló “Trages y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires”, unas  imágenes que reflejaban todo el abigarrado ir y venir de las viejas calles porteñas,  los vendedores ambulantes y los tipos populares que allí se veían.  Allí aparece la lavandera negra que vuelve del río con su batea de madera y su atado de ropa sobre la cabeza, y en una mano la pava para tomar mate sobre las toscas, a la orilla del agua.

               Resultado de imagen para bacle    Resultado de imagen para bacle Resultado de imagen para bacle

Los dibujos de Bacle son más bien ingenuos y primitivos. Pero su misma simplicidad parece ponernos más en contacto con una realidad inmediata y viviente. Sus vendedores ambulantes parecen todavía emitir su pregón ya perdido en el viento. Así el duraznero, que engalana su caballo con ramas verdes, el escobero, la vendedora de tortas, el pintoresco vendedor de velas de baño, de fabricación casera, que lleva colgadas como racimos de una larga caña; el vendedor de pasteles, el pescador que vocea su mercancía desde un carromato tirado por bueyes, el aguatero y el farolero que aparece con su escalera al hombro, ya al caer de la tarde.

BACLE dibujó también a las porteñas elegantes que iban a la iglesia escoltadas por su negrito portaalfombras, y se asomó a las pulperías atestadas de bebedores, en las que no faltaba, para animar la reunión, algún gaucho cantor. Una de sus series más típicas, incluída en la ya nombrada “Trages y Costumbres de Buenos Aires”,  está destinada a ridiculizar la moda de los grandes peinetones. Son, tal vez,  nuestras primeras caricaturas de actualidad, y representan, con cierto humor ingenuo,  los inconvenientes que producían  los peinetones en la calle, en el teatro o en en un día de tormenta…

En 1835 comenzó la publicación del «Diario de Anuncios y Publicaciones Oficiales de Buenos Ayres», que puede considerarse el primer periódico adornado con graba­dos de nuestra ciudad, pues estaba ilustrado con litografías, entre ellas un retrato de don JUAN MANUEL DE ROSAS y el 4 de abril de ese mismo año,  empezó a publicar su verdadero semanario ilustrado: “El Museo Americano. Libro de todo el Mundo”, reemplazado en 1836 por “El Recopilador”.

Sospechado de antirrosista, BACLE, después  de un viaje a Chile,  fue a parar, en­grillado, a la cárcel. Siempre había sido un hombre enfermizo y en la prisión se le agravaron los dolores. Lo dejaron en libertad en 1838 y pocos días después, el 4 de enero de ese mismo año, falleció en Buenos Aires.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *