LA MUERTE DE JUAN GREGORIO DE LAS HERAS (06/02/1866)

JUAN GREGORIO DE LAS HERAS, el  viejo león vencedor de Los Andes, sufría su vejez olímpica. Tenía  86 años y estando bajo el cielo de Chile, a  pesar de sus años,  ser sentía feliz. ¿No era Chile también un poco su patria? ¡Mucho!… Allá se le quería con una bondad sencilla, generosa y un  gran respeto. En no sé qué ocasión un polemista anónimo le dijo duramente: ¿Qué tiene que aconsejar a los chilenos el general Las Heras?, su sangre es argentina !!”. Es cierto le contesto LAS HERAS, pero tengo también sangre chilena. ¿Dónde la derramé? En los campos de Maipo, querido amigo!!.

Una dama de Buenos Aires le había enviado un abanico para que escribiera en él un pensamiento, como era la moda en aquel tiempo. El bravo león, pero también hombre galante accedió al pedido y escribió en ese abanico (según “Sarmiento”, Tomo XXV, página 310 ) “»Si pasa usted, señora, por la Plaza de la Victoria, hágame el gusto de saludar en  mi nombre con este bello abanico a la Pirámide que allí está, nuestro símbolo de una idea que jamás se ha borrado de mi mente». Al pie, debajo de su firma, puso la fecha: Chile, 6 de febrero de 1866.

Esa misma tarde, el viejo león,  vencedor de los realistas tras cruzar Los Andes, cerró sus ojos,  pensando quizás en esa pirámide y en ese sueño de libertad para su patria y para Chile que con la fuerza de su coraje y decisión fue posible. Dijo SOIZA REILLY al terminar este relato: “Yo me imagino su encuentro en las nu­bes con el Gran Capitán, diciéndole: “¡Hola, Libertador l, ya estamos todos aquí”.

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