ÚLTIMO VUELO DEL GLOBO PAMPERO (17/10/1908)

En octubre de 1908 la audacia de los pioneros de los vuelos en globo, se convirtió en tragedia y el pais lamenta el último vuelo del «Pampero». El globo “Pampero”, piloteado por EDUARDO NEWBERY y EDUARDO ROMERO, desapareció durante un vuelo, sin que jamás se volviera a tener noticias de ellos.

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Desde la Navidad de 1907 en que se elevó por primera vez en Buenos Aires, con AARÓN ANCHORENA y JORGE NEWBERY como tripulantes, hasta su desaparición, el 17 de octubre de 1908, el “Pampero”, fue el único aerostato que tuvo el país y sobre su misterioso destino mucho se ha escrito y como jamás aparecieron sus restos, es lógico que de cuando en cuando –y esto viene ocurriendo desde 1908– surjan las más antojadizas suposiciones.

En los nueve meses y medio que el hermoso esférico de 1.200 metros cúbicos de capacidad surcó los cielos de Buenos Aires realizando numerosos vuelos–inclusive cruzó el Río de la Plata en su vuelo inaugural– se formaron bajo su tela amarillenta varios pilotos aeronautas y entre todos, el que le iba a dar tintes legendarios: el doctor (odontólogo) Eduardo Newbery (ver Vuelos en globo y El globo Pampero se pierde en el mar).

EDUARDO NEWBERY, hermano de JORGE estrenaba ese día una gorra a cuadros. Todo era una fiesta en el campo de la Sociedad Sportiva Argentina. El «Pampero», un gigantesco globo aerostático, intentaría una hazaña: batir el récord de tiempo y distancia de vuelo en globo, una pasión que ya tenía héroes y mártires en otras parte del mundo.

Junto a EDUARDO NEWBERY, en la frágil canasta de mimbre, iba el sargento EDUARDO ROMERO, imprevisto reemplazante de TOMAS OWEN, el amigo de NEWBERY que tuvo un accidente mientras se dirigía a la Sociedad Sportiva y no pudo llegar a tiempo. Cuando el Pampero despegó los vecinos de Palermo y Belgrano lo despidieron con vivas y pañuelos.

A bordo, los tripulantes llevaban palomas mensajeras que había llevado ROMERO (cosas del destino, que lo llevaron a estar precisamente en el lugar donde lo esperaba la muerte) y que debían soltar cada hora, para indicar que todo iba bien.

Pero ninguna paloma regresó jamás. El Pampero, ese sueño, esa audacia, se perdió en algún punto del agua o de la tierra. «Cayó en Brasil», dijeron algunos. «Cayó en Uruguay» aseguraban otros. La realidad poco importaba, El Pampero se había perdido y sus dos heroicos tripulantes estaban muertos. La incipiente aeronáutica argentina, dolorosamente escribía una tragedia en su historia.

Pasaron los año. Nunca se hallaron restos del globo ni de sus tripulantes. Del equipo que había soñado esta hazaña, solo quedó OWEN para agradecer el milagro de su tardanza en llegar a su encuentro con la muerte, porque sus dos compañeros, no regresaron jamás.

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