1926
En la «Plaza del Congreso», en la ciudad de Buenos Aires, fue montado por el maestro FRANCISCO REBAUDENGO, con la colaboración del aprendiz SALVADOR FAVA, el reloj que indica las horas, medias y cuartos, mediante el tañido de una campana que tañen dos gigantes de bronce, mediante sus rítmicos mazazos (ver «Los autómatas y el reloj de la Plaza del Congreso» en Crónicas).