MASAGUAGUA

En la campaña argentina se le daba el nombre de masaguagua a unos pequeños pancitos a los que se les daba la forma de criaturas.

A través del análisis de ciertos vocablos populares en uso en determinadas regiones del país, puede determinarse su mayor o menor autóctomía y en muchos casos, hasta cuál fue la época de su aparición como elementos fonéticos dentro de la lengua que los posee.

Esto se explica,  recordando que los conquistadores españoles introdujeron en América usos y costumbres, animales y comestibles absolutamente desconocidos por los aborígenes y con esas novedades, vinieron también las palabras que tenían para nombrarlas, en idioma castellano.

Muchas de ellas, fueron obligadamente utilizadas por los nativos, pues como es lógico, en sus idiomas, no existían palabras que definieran esas cosas nuevas.

Pero por dificultades de pronunciación, tuvieron que modificarlas, adaptándolas, a veces en su totalidad y a veces en algunas partes de estas palabras, para que, junto con las que ellos conocían, conformaran las nuevas que se utilizarían para llamar a esas cosas nuevas que les traían los hombres blancos.

Por el ejemplo, la palabra  caballo, animal que ellos no conocían, pero que pronto adoptaron, comprendiendo la utilidad que les traía para la caza y para la guerra, se transformó en “cavayú” para los guaraníes, en “cahuel” para los araucanos, “cawal” y “cavallú” para los pampas  de la pampa y finalmente “cawul” para los tehuelches.

Con “masaguagua” sucedió lo mismo. Esta palabra es una hibridación, porque está formada por una palabra del idioma castellano: “masa”  a la que se le agregó otra de origen quichua: “guagua” o “huahua”. Masa quiere decir amasijo hecho con harina, sal y agua y “guagua”, para los nativos era una criatura de corta edad. Así se formó “masaguagua”, palabra que en el noroeste designa a un pancito al que se le da la forma de una criatura.

Este, en realidad un bizcocho, desempeña un importante papel en las fiestas regionales y en el “topamiento de las comadres” que se realiza en vísperas del carnaval (o “chaya”), para elegir  la que será madrina de los festejos, a cuyo término se reparten las “masaguaguas” entre todos los asistentes, como preanuncio de las fiestas y bailes que se acercan (ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

 

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