BILMAS PARA EL RESFRÍO

Los emplastos, cataplasmas y parches, conocidos con el nombre de bilmas, especialmente los que se llamaban “porosos”, fueron remedios principalísimos de la farmacopea campera del pasado, como aún lo es para los “curanderos” y en la medicina casera. El término «bilma» con el que se los conocía,  aún se oye en el interior.

Su nombre no es un fonema autóctono, sino que parece ser una deformación de “bizma” o “bidma”, palabra castellana que precisamente define a estos emplastos, cataplasmas y parches (ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

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