LOS VICIOS DEL GAUCHO

El gaucho podía privarse de comer y a veces lo hacía por largo tiempo, por carecer de dinero o por estar ocupado realizando tareas que le imponían un forzoso ayuno, pero había cosas de las que no podía privarse: estas eran los vicios y entre ellos estaba el vino, el mate, el tabaco y la caña, todos productos de los que no podía prescindir, sin que se resintiera su aptitud y voluntad para el trabajo, sin olvidar el «juego», ya sea el de las barajas y la taba entre otros (ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

 

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