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MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE BUENOS AIRES (05/10/1716)
Investigando la documentación relativa al período colonial, existente en el «Archivo de Indias», en Sevilla, se puede descubrir que en el estante setenta y seis, cajón uno y legajo treinta y ocho del mismo, se ha guardado un expediente sobre la concesión del título de “Muy noble y muy leal” a la ciudad de Buenos Aires, otorgado el 5 de octubre de 1716.
En aquella época, Buenos Aires tenía ciento treinta y seis años de existencia. No obstante haber transcurrido tanto tiempo desde su fundación, entonces no pasaba de ser una aldea, próxima a convertirse en ciudad, categoría bien merecida por cierto, porque, después de Asunción y de Lima, Buenos Aires, por su situación geográfica y su historia, era uno de los puntos más importantes, en medio de la incipiente población de la América del Sur.
Además se la llamaba “La puerta de la tierra”, calificativo que le diera su fundador, JUAN DE GARAY el sábado 11 de junio de 1580..
En España comentaban agradecidos que los vecinos de Buenos Aires se sentían muy orgullosos con su misión de centinelas a las puertas de los dominios del rey, prontos para la defensa contra los enemigos europeos, especialmente portugueses y contra los indígenas de estas y otras regiones vecinas.
Valoraban que todos asumieran con sacrificio esta responsabilidad, debiendo permanecer muchas veces a las orillas del Río de la Plata sin ningún aliciente para sus intereses particulares, siendo que había otras provincias más ventajosas y próvidas en plata y oro, donde les era fácil acumular riquezas para sí y sus descendientes. Sin embargo, no se trasladaban a otra parte, ni tampoco querían abandonar la población por el interés que tenían en resguardarla.
Para continuar más alentados en la tarea que se habían impuesto en beneficio del rey, españoles vecinos de Buenos Aires, juzgaron necesario dar a conocer en España su situación y pedir una recompensa a sus méritos.
Corría la segunda década del siglo XVIII y a JUAN ESTEBAN CIGANDA, autoridad y hombre de figuración en Buenos Aires, fue al primero que se le ocurrió la idea de solicitar una merced de Su Majestad Felipe V. Reunió a las demás autoridades y vecinos notables y les expuso su proyecto, que prontamente fue aceptado, acordándose que el mismo CIGANDA dirigiese un memorial al monarca en nombré de la ciudad.
Se ignora el día y año en que fue enviado este memorial, pues carece de fecha. Lo que si se sabe, es que el documento llegó a la Corte a mediados del año 1716, y que el 7 de julio de ese año el Consejo de Indias dio cuenta a Su Majestad, pidiéndole que en virtud de ser ciertos y legítimos los méritos expuestos, se dignara acceder a lo solicitado.
El Consejo del rey, según las firmas que aparecen al pie de la consulta, se componía de los señores ARAZ, RIVAS, RÍOS, CALDERÓN, MANRIQUE, MURUVE, MACHADO y ROJAS. El expediente fue pasado por el actuario del Consejo, LUIS DE AZPILCUETA, a don FRANCISCO DE CASTEJÓN, secretario del reino, quien con fecha 12 de agosto de 1716 proveyó que a Buenos Aires se le concedía el título nobiliario de
“Muy noble y muy leal ciudad”, con la obligación de pagar el derecho de la media “anata” (1), de acuerdo con el arancel, a la que se agregaron los derechos correspondientes al registro y sello del despacho, importando todo 427 maravedíes, cantidad que fue entregada, según certificado expedido el 5 de setiembre de 1716
(1) La “anata” o “media anata” era un antiguo impuesto instaurado por Real cédula el 18 de agosto de 1631. El impuesto gravaba los cargos públicos y las concesiones o mercedes remuneradas por la corona, obligando al beneficiario al pago de la mitad de los emolumentos correspondientes al primer año (ver Tributos, arbitrios y recursos propios).