LOS VAGOS Y MAL ENTRETENIDOS SON UN PROBLEMA (08/08/1812)

Un bando del Triunvirato, fechado el 8 de agosto de 1812, dispuso que todos aquellos que no tengan propiedad legítima de que subsistir, serán considerados sirvientes y deberán  llevar obligatoriamente una papeleta de su patrón visada por el juez de paz del partido.

El documento, válido sólo por tres meses, era indispensable para transitar por la provincia y finalizaba diciendo “ Ay del que sea sorprendido en una pulpería sin él !. De inmediato se lo considerará «vago y mal entretenido» y se lo forzará a servir cinco años en los cuerpos veteranos de militares o a trabajar para un patrón —con su justo sueldo— durante dos años. No sólo la autoridad, sino cualquier vecino de la campaña puede exigir la papeleta a los presuntos infractores”.

Preocupada por la severidad de este bando, “La Gazeta” indagó las causas que motivaron esa disposición y con el material obtenido, publicó el siguiente comentario:

“Es notorio que existe inquietud en los comandantes de las zonas fronterizas con el indio —como San Miguel de la Guardia del Monte— por la proliferación de vagabundos, que hasta conviven con los aborígenes y les trasmiten sus vicios. Pero éste no sería el motivo principal de la medida.

Sucede que en los últimos años, la propiedad rural se ha valorizado, pero faltan, sin embargo, los brazos suficientes para sacar su riqueza a la tierra. Nuestra población rural es escasa y por otra parte, reacia a conchabarse  en una tarea fija.

Prefiere las tareas temporarias – yerra, vaquería, esquila— que son las que le permiten deambular libremente por la pampa y gastar sus modestas ganancias en cualquier lado donde se encuentre.

Pero ese estilo  de vida no se adapta hoy a la nueva modalidad de la economía ni a las necesidades de los estancieros, especialmente de los dedicados a esta incipiente industria que son los saladeros. (ver El gaucho, un personaje vituperado).

En cuanto al ejército, cada vez son más acuciantes sus requerimientos de hombres útiles, tanto para luchar contra los realistas, como para defender la frontera de los aborígenes”.

Resulta evidente entonces que la medida tomada por las autoridades, trata de satisfacer las necesidades de personal que exponen esos dos ámbitos descritos: mano de obra para las industrias y soldados para el Ejército”.

“La disposición del Triunvirato, que conmociona a  la vida  rural y puede provocar  tensiones entre la población gaucha y las autoridades; reconoce antecedentes en la legislación colonial que obligaba a los vagos (personas carentes de bienes raíces), a servir en el ejército, maniobra que se llamaba “leva”.

Lo mismo ocurría con los  “mal entretenidos», gente con medios de subsistencia  dudosos, especialmente los que provenían del juego. Si nos remontamos allá en el tiempo, el bando del  8 de agosto, tiene reminiscencias del sistema de servidumbre del “Bajo imperio romano”, que fijó la población rural libre de la “leva” y la convirtió en “siervos de la tierra”.

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