LA CIUDAD DE CONCEPCIÓN DEL URUGUAY. SU ORIGEN (25/06/1783)

En 1783, TOMÁS DE ROCAMORA funda un poblado a orillas del río Uruguay, actual territorio ocupado por la provincia de Entre Rios y así nace la ciudad de Concepción del Uruguay, hoy la capital del Departamento del mismo nombre

TOMÁS DE ROCAMORA, hidalgo español, Ayudante Mayor del Regimiento de Dragones de Almansa, obedeciendo órdenes del virrey del Río de la Plata JUAN JOSÉ DE VÉRTIZ Y SALCEDO que deseaba expandir la colonización, fundó la ciudad de Concepción del Uruguay (en homenaje a la Purísima Concepción, agregándosele Uruguay por su ubicación a la vera de dicho río), en la provincia de Entre Ríos.

Estimaba Vértiz que así lograría civilizar y pacificar a los indios nómadas de las tierras inhabitadas, mediante el establecimiento de poblaciones en lugar de enviar expediciones militares, aunque también así atendía a la necesidad de administrar el creciente comercio desarrollado a través del río Uruguay.

Ubicada a 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, sobre la ruta principal entre esta capital y Montevideo, fue un punto clave para el tránsito de mercaderías «por vía terrestre desde la capital hasta Santa Fe, atravesando luego el río Paraná y la provincia de Entre Ríos hasta llegar a Concepción del Uruguay y desde allí, cruzando el río Uru­guay hasta la Banda Oriental y Montevideo»,  hasta que aproximadamente en 1814, el empleo de embarcaciones, proporcionó una ruta más corta y más directa (totalmente fluvial) a través del estuario del Río de la Plata, de uso común.

Desde 1813 hasta 1821 y desde 1860 hasta 1883, sirvió como capital de la provincia y el 26 de agosto de 1826, a solicitud de JUSTO JOSÉ DE URQUIZA, quien estableció allí el Colegio Nacional, fue elevada a la categoría de ciudad.

Durante casi todo el siglo XIX, Concepción del Uruguay se posisionó como baluarte del federalismo y sus tres líderes, FRANCISCO RAMÍREZ, JUSTO JOSÉ DE URQUIZA y finalmente RICARDO LÓPEZ JORDÁN, tuvieron su base allí en un tiempo u otro. La placa que hoy luce colocada en el monumento que está situado en el centro de la «Plaza General Francisco Ramírez» , resume la función desempeñada por la ciudad en aquellos años:

Su plaza principal, “General Francisco Ramírez”, ostenta en el centro de la misma una pirámide, en uno de cuyos lados se ha colocado una placa de mármol con la siguiente inscripción:

En esta plaza tuvo lugar el 1º de enero de 1851, el pronunciamiento del general Urquiza contra Juan Manuel de Rosas, que culminó el 3 de febrero de 12852 con la victoria de Caseros (ver Pronunciamiento del general  Urquiza).

Y fue aquí, donde el 21 de noviembre de 1852, el pueblo se reunió rechazando la invasión del general Madariaga (enviado desde Buenos Aires para debilitar a Urquiza), y defendiendo la reunión del Congreso General Constituyente que sancionó la Constitución Argentina el 1º de mayo de 1853, promulgada por Urquiza en San José de Flores el 25 de mayo de 1853. Esta Constitución encarna el credo republicano federal del general Ramírez (ver Fundación de ciudades argentinas).

Esta Constitución encarna el credo republicano federal del general Ramírez. En esa próspera ciudad se levantan algunos edificios que se pueden considerar históricos. La iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, donde se ha construido el Sepulcro que guarda los restos del vencedor de Caseros, custodiados por una lápida que dice:  “Capitán general Justo José de Urquiza, Presidente constitucional de la República Argentina, Gobernador de la provincia de Entre Ríos, que murió asesinado el 11 de abril de 1870, a las siete de la noche, en su palacio San José, a los 69 años de edad».

También se exhiben a la curiosidad del viajero el edificio de la sociedad educacionista “La Fraternidad”, fundada el 14 de mayo de 1877, donde se forman para el porvenir los jóvenes de cualquier clase, condición o credo; y el de Correos y Telecomunicaciones, frente a la plaza “General Francisco Ramírez”, que fue Casa de Gobierno hasta el traslado de la capital de la provincia a la ciudad de Paraná (ver La Fraternidad (educativa).

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