LA LIGA PATRIÓTICA ARGENTINA (03/01/1919)

A comienzos de 1819, un grupo de personalidades fundó la “Liga Patriótica Argentina” afirmando que «la civilización nacional engendró la Liga Patriótica Argentina, que nació para reunir a todos los hombres sanos y enérgicos con el fin de colaborar con la autoridad para mantener el orden y vigorizar los sentimientos esenciales del alma nacional, que por lo eterno funda la patria».

Era en realidad, una organización paramilitar de ultraderecha que participó activamente en la represión de los movimientos obreros de la época.

En esos días, en parte como consecuencia de la Primera Guerra, el país atravesaba una grave crisis económica que afectaba principalmente a los trabajadores.

Los despidos y la baja de los salarios llevaron a la miseria a gran parte de la población, mientras que las empresas sometían a sus empleados a largas jornadas de trabajo de las que no estaban excluídos las mujeres y los niños.

Además, la Revolución Rusa de 1917 generó un estado de pánico entre las clases altas, que veían en cualquier reacción justa, una muestra de subversión marxista.

En ese contexto, representantes de distintas organizaciones, miembros destacados de la elite social, representantes de clubes y asociaciones, y varios militares, el 19 de enero de 1919, se reunieron en el Centro Naval para fundar la Liga Patriótica.

Fueron sus fines: Según lo declaraba en su Acta Constitutiva: “Estimular, sobre todo, el sentimiento de argentinidad tendiendo a vigorizar la libre personalidad de la Nación, cooperando con las autoridades en el mantenimiento del orden público y en la defensa de los habitantes, garantizando la tranquilidad de los hogares, únicamente cuando movimientos de carácter anárquico perturben la paz de la República. Inspirar en el pueblo el amor por el ejército y la marina.

Los miembros de la Liga se comprometen, bajo su fe y honor de argentinos, a cooperar por todos los medios a su alcance, e impedir: 1° La exposición pública de teorías subversivas contrarias al respeto debido a nuestra patria, a nuestra bandera y a nuestras instituciones. 2° Las conferencias públicas y en locales cerrados no permitidos sobre temas anarquistas y marxistas que entrañen un peligro para nuestra nacionalidad.

Se obligaban igualmente a usar todos los medios lícitos para evitar que se usen en las manifestaciones públicas la bandera roja y todo símbolo que constituya un emblema hostil a nuestra fe, tradición y dignidad de argentinos».

Buscaba además: «Luchar contra los indiferentes, los anormales, los envidiosos y haraganes; contra los inmorales, los agitadores sin oficio y los energúmenos sin ideas. Contra toda esa runfla sin Dios, Patria, ni Ley, la Liga Patriótica Argentina levanta su lábaro de Patria y Orden. No pertenecerán jamás a la Liga los cobardes y los tristes».

Entre los presentes se hallaban miembros del Jockey Club, de la Asociación de Damas Patricias, representantes de la Iglesia y de la Fuerzas Armadas. También participaron en la fundación, los jóvenes pertenecientes al llamado “Comité Nacional de la Juventud”, un grupo que había actuado pocos días antes, durante los sucesos de la llamada “Semana Trágica”.

El documento de fundación era oscuramente contradictorio, porque el grupo tenía carácter paramilitar, pero al mismo tiempo se afirmaba que la solución de los problemas del país debía buscarse por la vía institucional.

La prevención contra los extranjeros y la defensa de un indefinido concepto de la argentinidad eran parte de sus principios, por lo que es considerada como un claro antecedente de los grupos paramilitares que actuaron en la década del 70.

Fue elegido como presidente de la Liga el doctor MANUEL CARLÉS, un conocido abogado y político de ideas autoritarias y nacionalistas. Profesor universitario de Derecho nacido en Rosario en 1870, que ocupó distintos cargos públicos.

Militaba en el radicalismo, fue luego Diputado por el partido Conservador, pero volvió a las filas del radicalismo, hasta que decidió colaborar con el movimiento que derrocó a Hipólito Yrigoyen en 1930.

Pocos meses después, el 23 de abril de 1919, la Liga inició sus actividades y al abrir la sesión inaugural, CARLÉS manifestó su satisfacción por “la forma entusiasta con que el vecindario respetable comienza a cumplir los propósitos de la asociación”.

 Y sus palabras debieron sonar como un reconocimiento por la decisiva participación que tuvieron algunos de sus militantes, en la represión desatada durante la Semana Trágica, llevando a cabo el primer “pogrom” contra la comunidad judía de la Argentina y provocando la muerte de numerosos obreros.

Rápidamente fueron organizados los grupos de acción, dedicados a atacar locales de partidos y sindicatos y a reclutar rompehuelgas, por lo que en aquel momento, la Liga manejaba un pequeño ejército de hombres entrenados y armados con el fin de defender “la pureza moral de la Argentina”.

Para mantener esa pureza, declaró su fobia contra los extranjeros, aunque desde 1880, la aristocracia nacional había sido la mayor impulsora de la inmigración como fuente de mano de obra calificada “y barata”.

Integrantes
Además de MANUEL DOMECQ GARCÍA, que fuera su presidente provisional, hasta que fue reemplazado en 1919 por MANUEL CARLÉS, entre sus adherentes había figuras de notable trascendencia en los medios políticos, intelectuales y profesionales, cuyos nombres jamás deberían haber estado en esta lista.

Estaban allí Joaquín S. Anchorena, Dardo Rocha, el general Luis Dellepiane, Estanislao Zeballos, Luis Agote, Francisco P. Moreno, monseñor Miguel de Andrea, Ángel Gallardo, Jorge Mitre, Carlos Tornquist, Miguel Martínez de Hoz, Julio A. Roca (hijo), Leopoldo Melo, Lisandro de la Torre, Manuel María de Iriondo, Félix Bunge, Carlos M. Noel, Vicente Gallo, Ezequiel Pedro Paz, José A. Cortejarena, Celedonio Pereda, Saturnino Unzué, Antonio Lanusse, Pastor S. Obligado y Oscar Barroso , entre otros muchos más hombres de “derecha”, que seguramente, no se habrían adherido a este movimiento, si hubieran sospechado que la defensa de sus ideas políticas, bajo la dirección de Manuel Carles, se realizaría por medio de acciones de extrema  violencia e intimidación.

5 Comentarios

  1. Lara

    VUELVAN!!

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    1. Minerva McGonnagall

      Vos sos joda o que

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      1. Anónimo

        Si esta lleno de zurdos hoy en día el país, tiene razón ella que vuelvan. Ahí si, si que estabamos mejor.

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  2. Anónimo

    Tendrían que volver

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  3. Leticia

    La Elite,la clase llamada alta, la que desprecia al pueblo, los que nunca fueron ni serán democráticos, los que se repiten a través de generaciones, los que no conocen derechos ,los únicos derechos son los suyos, la clásica división entre división y barbarie, los traidores de siempre caso Carlesla historia parece circular,el remos al comunismo que comunismo? Acá en Argentina la izquierda ortodoxa es funcional a la derecha,los que no saben definir populismo ,los que piensan en que los dueños de los campos son los patriotas, sin importar el origen de ese «adueñarse»,los que la vida del otro no vale, los que tratan al otro como objeto,desconocen de derechos, del estado de derecho y de su condición de humano.los que dicen deberían volver, también vienen por ellos, por los pobres, de la periferia y luego por la clase media sin conciencia de clase, los que creen que los invitaron a la fiestita de casamiento de Antonia, los nadies, los que siempre se pensaron dueños del país y de la bandera, los que tiraban una vaca envenenada para matar 300 indios época de Rocca los que pretenden levantar la cuarentena en época de Coronavirus ,para que mueran los que tengan que morir como dijo Macri, son los mismos, son dos maneras de pensar una Argentina, hay que leer….

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