TRISTE BALANCE DE LA REVOLUCIÓN DE 1880 (25/06/1880)

A fines de la presidencia de NICOLÁS AVELLANEDA, surgieron para reemplazarlo las candidaturas del general Roca y del gobernador de Buenos Aires, doctor Carlos Tejedor, paladín de su autonomía.

La lucha electoral caldeó los ánimos y Tejedor organizó milicias porteñas, llamadas «rifleros» y creó el Poligono de Tiro Nacional. Se formaron batallones de estos rifleros o tiradores, uno por cada parroquia, al mando de jefes de línea y estos batallones desfilaron por las calles de Buenos Aires, so pretexto de ejercicios de tiro.

El 1º de junio de 1880 llegó al Riachuelo un barco con 5.000 fusiles Schneider y 500.000 cartuchos comprados por Tejedor para armar a su gente. Con la excusa de realizar un ejercicio de tiro, estos batallones de rifleros, 30.000 hombres con sus armas al hombro, desfilaron por las calles de Buenos Aires y el 2 de junio presidente Avellaneda se retiró a la Chacarita.

Instaló su gobierno en el pueblo de Belgrano y reunió en los alrededores unos 6.000 hombres de tropa de línea que llegaron en ferrocarril e incorporó a sus fuerzas cañones Krupp y ametralladoras Gatling.. Los rifleros de Tejedor levantaron barricadas en las calles de Buenos Aires.

También había batallones «Voluntarios de San Telmo», «Tiradores de Barracas», «Defensores de Buenos Aires» y varios de «Bersaglieris» con sus plumas en el sombrero, y cuya inclusión decía de la entusiasta intervención de los italianos en nuestros asuntos domésticos.

Finalmente, ambas fuerzas se enfrentaron el 20 de junio en el combate de Puente Alsina, encuentro que fue muy sangriento con un saldo de 1.200 bajas entre ambos bandos, entre las cuales se contaron 500 muertos.

El 21 de junio se enfrentaron nuevamente en los Corrales y en Barracas y entonces las bajas llegaron a tres mil hombres de ambas partes.

El gobierno logró reunir finalmente una fuerza compuesta por casi 40.000 hombres bien armados y equipados y ordenó un ataque final contra los revolucionarios.

En la mañana del 24 de junio, la escuadra, que se mantenía leal a las autoridades nacionales, sometió a un intenso bombardeo a la ciudad de Buenos Aires. Los buques «El Plata», «Los Andes» y el «Villarino» arrojaron durante más de una hora metralla, que alcanzó los edificios ubicados en la zona de las calles Paraguay y Córdoba, donde se habían atrincherado los rifleros y en la Plaza del Retiro se produjeron numerosas bajas.

Viendo la inutilidad de continuar la resistencia, Carlos Tejedor, solicitó un armisticio y así finalizó este episodio el 25 de junio de 1880.

Más de 5.000 vidas útiles perdidas, numerosas propiedades destruidas, cuantiosas sumas quemadas en combates y el descalabro del sistema el sistema republicano, fue el costo de este inútil enfrentamiento, que sería uno más en la larga cadena de despropósitos que identificó la sangrienta historia protagonizada por hombres que no fueron capaces de encausar sus diferencias, sin recurrir a la violencia (ver La revolución de Carlos Tejedor).

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