TARIFAS ADUANERAS (19/07/1894)

Durante todo el año 1894 el Congreso debatió la Ley de Aduanas y con tal motivo se reactualizó el tema del proteccionismo, especialmente cuando ciertos aranceles a artículos de importación suscitaron reacciones en el exterior. (ver La Aduana de Buenos Aires).

El diario La Prensa, en su edición del 19 de julio de1894 abordó el problema en una editorial que tituló «Proteccionismo y libre cambio», donde expuso el aspecto doctrinario de esta dicotomía y señaló hechos que se reproducían en todos los países.

«Desde el año 90 a esta parte -dice el diario- Estados Unidos suministra abundante material al análisis del tema», y después de aludir a BILL MACKINLEY, que fue quien se estrenó el proteccionismo de aquel país, expresaba:

«Las inteligencias selectas y las ilustraciones descollantes de los Estados Unidos, desde el Parlamento y desde fuera de él, intervienen en esta discusión colosal, empapada en la luz de informaciones acabadas, en que la estadística desempeña el principal rol. Las disidencias versan únicamente sobre la manera de proteger a la producción nacional».

«El punto de partida de una y otras filas, es exactamente el mismo, porque la base del criterio común es la fijación de impuestos aduaneros al producto importado, concorde con las conveniencias de la Nación».

«El poder público está en la puerta de su casa, en la frontera internacional, y hace desfilar frente a sus ojos, cada uno de los productos extraños que solicitan penetrar en el consumo del país, los examina y les abre paso, más o menos amplio o restringido, conforme a las conveniencias de los Estados Unidos.»

«El arancel aduanero es a la vez que una ley de renta, un instrumento trascendental del gobierno de las cosas y de las gentes»

La Prensa continuaba diciendo a este respecto: «La protección es defensa racional de los propio y de ninguna manera una agresión a los productos extraños. La fijación de las tarifas es, por todo ello, una función gravísima, que exige mucho estudio y el pleno dominio de los elementos industriales en acción».

«Es una materia en que no se puede legislar así no más, de memoria, por díceres. La República Argentina no es, ni puede ser libre cambista. Con esta bandera no triunfaría ni un teniente alcalde en comicios honrados».

«El único punto controvertible es éste: cómo y en qué proporciones conviene defender y estimular la producción nacional en provecho de la colectividad; pero sin los datos que solamente una investigación industrial puede proporcionar y que una buena estadística permanentemente debe completar, es imposible fijar un sistema aduanero conveniente que concilie los intereses encontrados, en la balanza de los comunes de la colectividad y que concurra a realizar el progreso de la prosperidad expansiva del país» (ver Ley de aduanas).

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