MAGALLANES DECIDE INVERNAR EN SAN JULIÁN (5/4/1520)
MAGALLANES DECIDE INVERNAR EN SAN JULIÁN. Hernando de Magallanes, que había fondeado en el puerto de San Julián el 31 de marzo, como empezaron a sentirse los rigores del invierno, resolvió detenerse allí para pasar el invierno en espera de una estación más favorable para proseguir su derrotero. Al día siguiente, «Domingo de Ramos» dispuso oficiar una Misa en acción de gracias y a partir de entonces, durante esta parada, en las costas de la Patagonia, debió soportar innumerables inconvenientes. Descubrió que había sido estafado por los proveedores, que cargaron provisiones para sólo seis meses en lugar del año y medio pagado, una de las cinco naves se hundió al chocar contra los acantilados y en otra se produjo un motín.
Tres de sus capitanes, JUAN DE CARTAGENA, LUIS DE MENDOZA y GASPAR DE QUESADA procuraron por todos los medios posibles convencerlo de volver a España y como nada obtuvieron de su jefe, se sublevaron con sus respectivas tripulaciones y son reprimidos con toda severidad por Magallanes. Uno de los jefes de los insurrectos, LUIS DE MENDOZA, fue apuñalado por un emisario de Magallanes y a continuación, éste, valiéndose de la astucia, se apoderó de una de las naves sublevadas, la Victoria, enviando a su bordo a uno de sus más fieles capitanes con algunos hombres de coraje, lo que decidió a que los otros dos barcos se sometieran después de un corto combate. Los jefes del motín fueron condenados: QUESADA es ejecutado y CARTAGENA es abandonado en esas desiertas e inhóspitas regiones. Durante su estadía en San Julián, ven gigantescos indígenas cazadores de guanacos a quienes se los llama patagones, por la inmensa huella que dejan, calzados con pieles. Dos de estos nativos son capturados y llevados a bordo.