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LÍMITES INTERPROVINCIALES EN LA ARGENTINA DEL SIGLO XIX (1850)
Los límites interprovinciales en la República Argentina del siglo XIX, han variado sustancialmente con los de hoy, y eso ha sido debido a muchas razones.
Se destacan entre ellas: adecuación de una realidad brindada por la existencia de accidentes geográficos que demandaron una inapelable aceptación (ríos, montes, y montañas), el dictado de fallos arbitrales que así lo establecieron, resultado de enfrentamientos armados, conveniencias políticas.
El tema de la frontera argentina con los países vecinos ha sido muy estudiado. Pero lo que ha sido menos abordado es la evolución de nuestros límites interprovinciales.
A mediados del siglo XIX, del actual territorio continental argentino estaba ocupado sólo la mitad. Toda la Patagonia y el sur de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Luis eran territorios no ocupados por el Estado argentino, al igual que las actuales provincias de Chaco y Formosa, el norte de Santa Fe y de Santiago del Estero y el este de Salta.
En esa época, los límites entre los territorios provinciales efectivamente ocupados no eran muy diferentes de los actuales. Un ejemplo elocuente se constata al revisar el mapa de la República Argentina del manual de geografía que se usaba en las escuelas durante la presidencia de DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO.
El manual de ASA SMITH, en su quinta edición de la imprenta de PABLO CONI, de 1873, tiene un mapa con la división política que no sólo es muy diferente del actual debido a la ocupación de los territorios en el último cuarto del siglo XIX, sino por lo distintos que eran los límites entre las provincias ocupadas.
La forma que caracteriza hoy a Jujuy, no tiene nada que ver con el contorno que tenía entonces esa provincia. Tampoco la silueta de Salta. Tucumán se alargaba en sentido horizontal y no vertical, como ahora. Los contornos de La Rioja, Catamarca, Santiago, Córdoba, San Juan, San Luis y Mendoza también eran muy diferentes de los actuales.
En cambio, Entre Ríos se asemeja más a los límites presentes, al igual que Santa Fe, si excluimos la región norte, que no estaba ocupada, y Corrientes, que entonces tenía incorporada a Misiones, la que, además, contaba con una mayor extensión que ahora, dado que todavía no había tenido lugar el fallo del presidente norteamericano CLEVELAND, que dio a Brasil parte de dicho territorio, en disputa con la Argentina.
Contemplar el mapa del manual de geografía en uso durante la presidencia de SARMIENTO permite imaginar que, si los habitantes de las capitales provinciales tenían la sensación de pertenecer a sus provincias, esa sensación habrá sido más débil en las zonas rurales.
De acuerdo a cómo se han modificado los límites provinciales (como dijimos, en las del litoral es menos sensible el cambio, porque los ríos son límites naturales), surge que hubo jujeños que pasaron a ser salteños y viceversa; puntanos que luego fueron sanjuaninos, y al revés, o santiagueños que pasaron a ser catamarqueños.
Lógicamente, el cambio de límites se dio en las zonas más desérticas y menos habitadas, pero ello no impidió la constatación de que se produjeron importantes modificaciones territoriales entre las provincias.
El hecho de que se consolidara el Estado nacional en las últimas décadas del siglo XIX hizo que este proceso tuviera un bajo nivel de conflicto entre las provincias, las que, en la mayoría de los casos, lograron definir sus fronteras sin mayores confrontaciones, más allá de algún caso aislado.
Finalmente, la construcción de la nación argentina a partir de la ocupación territorial y de la determinación de los límites, tuvo un proceso análogo en el nivel provincial, que contribuyó a delinear la entidad política, social y económica de las tradicionales catorce provincias que habían firmado, en 1853, el Pacto de San José de Flores. (Rosendo Fraga, Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría).
holiss