GOBIERNO DE GONZALO DE ABREU Y FIGUEROA (1574-1580)

En 1570 GONZALO DE ABREU Y FIGUEROA es nombrado Teniente Gobernador del Tucumán, cargo que ejercerá desde 1574 hasta que fue ajusticiado en 1580.

Llegado al Perú, el Licenciado GONZALO DE ABREU se entera que el Consejo de Indias tenía decidido anular su nombramiento y confirmar en el cargo a JERÓNIMO LUIS DE CABRERA.

Apresuró entonces su viaje hacia Asunción y llegado a su destino reemplazó a CABRERA, lo puso en prisión y  movido por resentimientos personales, lo hizo asesinar, acusándolo de conspirar contra el rey de España y más tarde, ya, durante su gobierno cometió una serie de abusos y crímenes que lo rodearon de una siniestra fama

Dispuesto a efectuar varias expediciones militares contra los indígenas y reconquistar el valle de los «calchaquíes», formó una importante fuerza para la que enroló a una gran cantidad de pobladores de la Provincia, pero una vez en marcha, fue atacado por los indígenas, perdiendo a la mayoría de su tropa.

No escarmentado con esta aventura fallida, en 1578 organizó una «entrada», para buscar la fabulosa «Ciudad de los Césares», obsesión que siempre fue la verdadera guía de todos sus actos.

Dejó desguarnecida la ciudad y los aborígenes de la zona, el 28 de octubre de 1578, acaudillados por el cacique GALUÁN,  decidieron exterminar a los 18 pobres españoles que habían quedado en Tucumán, cosa que habrían logrado, si no fuera por la decidida acción del Teniente Gobernador GASPAR DE MEDINA, que luego de matar a Galuán, puso en fuga a los atacantes.

El 16 de junio de 1580, GONZALO DE ABREU es encarcelado por orden de HERNANDO DE LERMA
Cuando Hernando de Lerma llegó a Santiago del Estero para asumir como nuevo Gobernador del Tucumán, Juríes y Diaguitas,  luego de hacerse reconocer como tal por el Cabildo, hizo aprehender a Gonzalo de Abreu y sin que tuviera ocasión de defenderse, lo hizo encerrar, declarándolo culpable de todos los cargos que se le imputaban  y se le confiscaron todos sus bienes.

Había sido acusado  de la muerte de JERÓNIMO LUIS DE CABRERA, trato injusto a sus vasallos y la destrucción de San Francisco de la Nueva Provincia de Alava entre otros 53 cargos más.

Abreu estuvo casi nueve meses preso y se lo sometió a terribles torturas antes de ser colgado con un peso de 100 kilos atado a sus pies, lo que hizo que se le rompieran las venas y se le produjeran graves heridas internas que, luego de cinco días de agonía, le provocaron la muerte (ver Abreu y Figueroa, Gonzalo de)

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