FALSIFICACIÓN DE MONEDAS EN SALTA (26/10/1817)

El 26 de octubre de 1817, se descubre una gran falsificación de monedas en la provincia de Salta. Ante la invasión de monedas falsificadas en la provincia de Salta, el gobernador MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES dispone contramarcar todo el circulante, medida que luego de ser objetada por el gobierno de  Buenos Aires, quedará finalmente sin  efecto.

Perdido el Alto Perú, luego de la derrota sufrida en Sipe-Sipe el 29 de noviembre de 1815, y cortado el comercio con esa región por la ocupación realista, sobrevino en todo el norte argentino un pavoroso estado de miseria, acentuado por las contribuciones forzosas y confiscaciones que realizaban  los ejércitos patriota y realista en operaciones en esos territorios.

Las partidas de gauchos de Salta  lograban  contener a las tropas realistas en su avance hacia el sur, pero su caudillo MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES,  carecía de los medios económicos necesarios para continuar su lucha, debido a que el gobierno de Buenos Aires, no podía prestarle la asistencia que necesitaba en calgaduras, armas y municiones.

En esas circunstancias comenzó a escasear la moneda circulante, quedando en circulación sólo la antigua moneda denominada «macuquina» (acuñada en Potosí hasta 1773, de tipo cortado e irregular) para finalmente desaparecer también ésta,  en el crisol de los plateros. Sucedía que con el agregado del abundante cobre del que se disponía, las monedas de plata volvían a ser acuñadas, pero con un peso inferior al legal.

Esta falsificación realizada en talleres clandestinos se difundió rápidamente por toda la provincia  y asi se lo comunicó GÜEMES a MANUEL BELGRANO en un oficio fechado el 11 de octubre de 1817 diciendo: …. trato de cortar de raíz y castigar en la jurisdicción de mi mando, el cáncer del sellado falso que ha cundido con motivo de estar ocupada ya cerca de dos años la Casa de Moneda de Potosí por las armas enemigas».

La falsificación, sin embargo, continuó invadiendo las provincias limítrofes y provocando las quejas de sus gobernadores al Congreso, reunido por ese entonces en Buenos Aires.

Tan difundida estaba la acuñación clandestina que al ser detenido en Tucumán el platero CORRO, incurso en dicho delito, su mujer se echó a reír diciendo: «¡Vea por lo que lo llevan preso! ¡Por hacer doces! ¡Y no hay quien no los haga en este pueblo!».

La moneda de Gümes
Para cortar este abuso en Salta, mediante un bando emitido el 26 de octubre de 1817, Güemes hace saber que ha dispuesto contramarcar toda la moneda circulante, fuera auténtica o falsa, imponiéndole un curso forzoso.

Se fijó un plazo de diez días para  “que se les reimprima el sello que a ese efecto se ha hecho fabricar», señalando además que “luego que el estado tenga fondos suficientes,  recolectará toda moneda cambiándola por la legítima hasta conseguir su total extinción».

Se sabe que en Salta, en cumplimiento de esta disposición, se resellaron aproximadamente 50.000 monedas de plata baja del valor de 2 reales y algunas de 4 reales. Estas piezas eran  del tipo “macuquino”  y la contramarca consistió en un monograma encerrado en un círculo de laureles cu­yas letras forman la palabra PATRIA.

Al conocerse esta medida en Buenos Aires, el Director Supremo JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN, ordenó su suspensión hasta que se expidiera al respecto el Congreso Nacional.

Sin embargo, Güemes, lejos de acatar la orden, le respondió al Director que el dinero resellado se halla “en manos inocentes que con el fusil o la espada detienen las marchas del enemigo” y que “su prohibición en las presentes criticas circunstancias ocasionaría o un clamor general o el desmayo y desaliento de mis bravos provincianos, que con la más emulable energía,  sostienen la libertad de los demás».

No obstante esta posición de GÜEMES,  el Congreso se expide desautorizando la gestión del caudillo salteño, ordenándole Pueyrredón el 11 de abril de 1818, que retire toda la moneda falsa de la circulación y la destruya en el acto del secuestro, orden que finalmente, GÜEMES acató y por bando del 24 de mayo dispuso su retiro de la circulación (ver Falsificaciones y falsificadores en el antaño de la Argentina).

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