EN LAS PUERTAS DE UN NUEVO SIGLO (1898)

Próximo a llegar el siglo XX, las perspectivas para la República Argentina, mostraban incertidumbre y se veían amenazadas por las recurrentes disputas políticas que desde sus orígenes fueron rémora para el progreso del país.

La lucha política que había llegado a un enfrentamiento armado y la grave crisis de 1890, dejaron al país en un estado lamentable. La crisis económica, con sus graves secuelas sociales y políticas imprimieron su signo al período siguiente.

Entrado el «novecientos», el grupo gobernante que encabezaba el general JULIO ARGENTINO ROCA, nuevamente instalado desde el 12 de octubre de 1898, procuró afianzarse en el poder, al tiempo que las nuevas fuerzas trataba de alterar ese estado de cosas.

Dentro del oficialismo surgieron corrientes renovadoras y ello motivó su división. En el orden material el país mantuvo su estructura económica anterior: producción de materias primas e importación de manufacturas.

Se recuperó de la crisis y entró en el franco progreso. Todos los sectores no participaban de ese bienestar y entonces el proletariado comenzó organizarse y a luchar por sus derechos.

La segunda presidencia del general  ROCA (1898-1904) tuvo caracteres diferentes de los de la primera, pues debió adaptarse a circunstancias muy distintas.

El partido «Autonomista Nacional», ensayo de partido único, fue sufriendo crisis decisivas. Las condiciones del mundo y del país ya no eran las mismas y esos años finiseculares fueron grávidos de acontecimientos que preanunciaban una época plena de inquietudes. La crisis de estructuras europeas se hizo sentir enseguida y poco tiempo después llegarán sus ecos a estas tierras (ver Presidencias de Julio A. Roca).

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