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EL VIEJO RESTORÁN «EL TROPEZÓN» (1896)
Hace poco las viejas paredes de este local, volvieron a sentir las caricias del sol y el amplio salón se integro nuevamente al pulso de la ciudad. Tal parece que repicaran en su interior; «las campanas del reloj de Balvanera», despertando al «Haragán» que durmió 10 años, como lo imaginaron en la letra de su tango Manuel Romero y Bayón Herrera, musicado por Enrique Delfino.
Pero los porteños hemos sufrido de nostalgia desde 1983; a la vista de las mudas cortinas bajas, delineábamos tras ellas las hermosas y altas puertas batientes, las paredes recubiertas de madera, con espejos y percheros, los macizos y relucientes separadores, blancos manteles, mozos diligentes, un largo mostrador, todo, entre las voces coloquiales de los parroquianos y el clásico «marche un pucherito de gallina». Este era el Tropezón de nuestros recuerdos, cenáculo porteño de larga fama.
Había nacido a fines del siglo, precisamente en 1896, en la esquina noreste de Callao y Bartolomé Mitre, donde se levanta el Banco de la Nación en la actualidad. Una época conflictuada si las hubo: José Evaristo Uriburu era el Presidente de la Nación; Juan Bautista Justo agita el socialismo, han llegado al país los primeros vehículos a motor «Decaville» de 2 cilindros y culminando este sucinto marco del año 1896. el suicidio del líder popular Doctor Leandro Alem, Hijo dilecto de Balvanera.
Reducido y modesto era este primer local. Funcionaba tipo almacén con anexo lechería, que transformarían en «fonda» dos galaicos de gran iniciativa y trabajo: Don Manuel Fernández, un fuerte asturiano y un gallego de Santiago de Compostela, Don Ramiro Castaño, quienes atraídos por la perspectiva comercial del recientemente promovido vecindario del Congreso, jugaban en el mismo su futuro, abriendo este primitivo Tropezón: nombre con final de zeta bien español, pero con cacofonía que acuna el oído, por su prosapia tanguera; el que brindaría una de las primeras casas manducatorias con trascendencia del ámbito barrial a toda la ciudad.
En este medio y con tales vivencias; comienza su existencia El Tropezón. Pero estaba destinado a progresar y su propio desarrollo lo impulsa al cambio.
Es en 1902 cuando se traslada a un local más amplio y cómodo, sito en Cangallo 1819, a metros de Callao, en la planta baja de un viejo edificio ocupado en los pisos superiores y la esquina por el Hotel Callao.
Siempre dentro de su modestia y acogedora cordialidad, destacando sus especialidades culinarias, con lo que corre parejo su destino de atracción y centro de reunión de la bohemia y farándula porteña, que sabe compartir sus mesas con los personajes de la política nacional, senadores y diputados, «anche» influyentes, es decir toda una gama de representantes del poder, que allí ejercitan sus artes histriónicas, realizan negociaciones y palpitan discretos contactos.-
El reducto es ya famoso, la clientela muy especial y como tal, debe ser correspondida. Los diligentes propietarios han de conciliar el estómago con los sutiles diálogos de los comensales y es así como sale a la cancha el famoso «puchero de gallina» que no es sólo de gallina, sino de vacuno, de cerdo, mixto, etc.; y de indiscutible origen español, el que brinda todos los «chiches» imaginables, incluido el criollo «caracú». Como no se iban a relajar las famosas tenidas verbales de los contertulios, ante semejante «fuente de placeres».
Llegamos así exitosamente, al año !925. Es un 7 de Julio a las 21,30 hs. cuando alarmantes ruidos de manipostería resquebrajándose, conjuntamente con gritos de advertencia desde el exterior alertan a la selecta clientela del restaurante y a su personal procediéndose rápida y ordenadamente al desalojo.
Casi de inmediato se precipita el derrumbe del local, arrastrando trás de sí a dos de los pisos del Hotel Callao. No hay víctimas que lamentar…o sí, muchos de los parroquianos tan bruscamente desalojados lamentaron la pérdida … del «pucherito» La ciudad llora el siniestro y la desaparición del querido Tropezón.
Insistentes megos del personal y clientes impulsa la apertura del tercer Tropezón en nueva y definitiva ubicación Callao 248/52.
La inauguración del nuevo local, constituyó una fiesta ciudadana, fue un 11 de Febrero de 1926 Concurrieron los recién arribados «Héroes del Aire», españoles, tripulantes del «Plus Ultra», con el comandante Franco a la cabeza, Durán, Ruiz de Alda y Ruda Y lo hacen, llevados allí por el Intendente de la Capital Don Martín Noel.
Los dueños, entusiasmados ante el desbordante éxito de la concurrencia; ordenan «menú gratuito» durante 24 hs. y se instalarán numerosas mesas en la vereda. Perdurará el éxito largos años en este local. Hasta que en 1983, su último dueño Don Segundo Ramos, con casi 30 años al frente del comercio, lo cierra definitivamente. La añosa vajilla será obsequiada a amigos y habitúes, cual cariñoso «souvenir»
El Tropezón fue clásico punto de reunión. Gran animación al mediodía, paréntesis de las febriles huestes porteñas. Al anochecer lo invaden los paseantes, público de cine y teatros, y los habitúes: artistas, literatos, deportistas, políticos y periodistas de «larga noche» con remate «cabaretero» (ver Bares, Cafés y Confiterías porteños que hicieron historia).
Animaron su ambiente: Gardel, Leguizamo, Parravicini, Lola Membrives, Pepe Arias, De Bassi, Arata, De Caro, Siman, Eva Franco, los Discépolo, Bianquet «El Cachafaz». Troilo, Alippi. Los socialistas vecinos con Palacios a la cabeza, el caudillo Cernadas, Yrigoyen, Balbín, Perette y más.
Lo convertía en «cenáculo literario», la presencia de Cayol, Pacheco, Vacarezza, Soria, De Vedia, Novión, Sánchez, Gardel, Saldías, Sosa Cordero, Guibourg, dueños de las mesas hasta horas inverosímiles. Habitué del «Pombo» también lo fue del Tropezón (y de sus «tronchos de merluza») Don Ramón Gómez de la Serna con Luisa Sofovich.
Esta miscelánea sería inacabable, pero ya que hemos evocado, brevemente, su historia, contemplemos ahora con cariño su vieja osamenta, acunados por la vieja melodía : “Cabaret, Tropezón/ Era la eterna rutina/ Pucherito de gallina/. y viejo vino Carlón. (dixit Jorge A. Portela)
(“El Tropezón”, cerró definitivamente sus puertas en 1983, luego de verse afectado por el derrumbe de su marquesina en Callao 248 de la ciudad de Buenos Aires. En 1999, la “Junta de Estudios Históricos de Balvanera”, colocó una placa recordatoria en el lugar que ocupaba este mítico restorán).
Nos informa el usuario «Sol», que «El Tropezón reabrió sus puertas con distintos dueños en mayo de 2017. Esperamos poder ampliar esta información si «Sol» satisface nuestro pedido.
Toda ia existe el tropezon ? Cual es la direccion actual….gracias
Luisín. No «El Tropezón», cerró definitivamente sus puertas en 1983, luego de verse afectado por el derrumbe de su marquesina en Callao 248 de la ciudad de Buenos Aires. En 1999, la «Junta de Estudios Históricos de Balvanera», colocó una placa recordatoria en el lugar que ocupaba este mítico restorán.
Abre sus puertas con distintos dueños en mayo de 2017
Le agradezco la información y le ruego nos envíe más datos acerca de la misma. Si es posible donde se ncuentra y las características que tiene en esta renovada presencia en nuestra ciudad.
Buenas noches Horacio! Le comento que se postergo la apertura por temas agenos a nosotros, pero muy pronto estaremos abriendo! Esta ubicado en su ultima dirección, Av callao 248. Esperemos contar con su presencia, saludos
Hola! El Tropezón vuelve a abrir sus puertas el próximo martes 12 de septiembre. ¡Los esperamos!
Esta por reabrir en Callao 248.donde siempre
El Tropezón funciona en el icónico solar de Callao 248.
edmundo rivero !….gracias por el articulo
Soy un fanático y melancólico porteño, sería mara villoso que se reabra ese templo gastronómico y cultural de mi amada Buenos Aires, sipre y cuando se mantenga su estilo, mobiliario, decoracion, Bohemia y sobre todo su menú, en tipo y calidad.
De lo contrario usar el nombre sin cumplir eso, sería sacrilego!!
Buenas noches! Quería contarle la dicha que tenemos de que «El Tropezon» vuelva a reabrir sus puertas muy pronto! Se esta aguardando las ultimas inspecciones para poder reabrir el lugar de los porteños. Tengo la suerte de poder trabajar alli,contarlo en primera persona, es en verdad un orgullo para mi. Lo esperamos!
Hola! El Tropezón vuelve a abrir sus puertas el próximo martes 12 de septiembre. ¡Los esperamos!
Hola me dijieron que Septiember abre el tropezon.Es Cierto esto?
En un aviso que tengo de 1978 de El Tropezon decía: «Famoso por su especialidad en puchero de gallina y otros exquisitos platos de cocina internacional» «Abierto todo el año hasta las 5hs»
Estimado Mauro: Guarde usted ese testimonio de nuestra historia ciudadana. A través de él, podrá revivir épocas que ya nunca volverán. La violencia, las ambiciones desmedidas, el inconformismo del hombre con su destino, han transformado nuestras vidas, en una lucha que no deja espacio para los placeres sencillos como era el de disfrutar la noche en paz con amigos. Yo viví algo de esa época y mi padre, que era del 900, me contó muchos episodios y costumbres de antaño y por eso se que desde principios del siglo XX (y también durante mis años mozos), era costumbre, entre los porteños que vivían la noche con intensidad, que después de bailar en algunos de los cabarets que en ese entonces había en Buenos Aires o de escuchar tangos, presenciar alguna obra de teatro o aún de ver una película, concurrir a restoranes que se hicieron famosos, o por lo que servían o porque allí concurrían artistas, bohemios, gente de la sociedad, poetas y hasta presidentes de la República, desde Carlos Gardel hasta Humberto Illia, pasando por Discépolo e Hipólito Yrigoyen), todos unidos por su amor a la noche porteña. Algunos de esos restoranes eran el “Pipo”, “Bachín” y el “Tropezón” (avenida Callao, entre Corrientes y Sarmiento), cuya especialidad era el puchero de gallina. Abundante y con gran cantidad de carnes y verduras, era la delicia de quienes hicieron de este plato, un ícono de Buenos Aires. Y tal fue la fama de este puchero, que el poeta ROBERTO MEDINA escribió la letra y la música del tango “Pucherito de gallina”, estrenado en 1956 con gran éxito.
Mauro, ¿Cómo estás?
Me encantaría ver ese aviso, ¿Me lo podrás compartir?
Gracias!!
Estimados, para todos aquellos interesados, les aviso que El Tropezón volvió a abrir sus puertas este martes 12 de setiembre, el lugar está impresionante, no dejen de ir, es maravilloso como dejaron este local, para no perderselo.
HOLA . Buenos noches. Alguien tiene el numero de telefono para reservar? Gracias.
Hola! Las reservas las podes hacer por mail a hola@tropezonrestaurant.com
Natalia: Nos ha traído una gran alegría a los «veteranos». Tengo 88 años y como comprenderá, fui contemporáneo de la época de esplendor de El Tropezón» y como todos los que vivimos aquellos hermosos años de nuestra juventud, nos sentimos muy emocionados., al ver que no todo lo bueno de aquella época murió. Mi agradecimiento a quienes reflotaron ese amado lugar donde después del cine o de una velada en el Colón, iba con mis amigos y mi novia de entonces (hoy mi abnegada esposa), a comer esos suculentos pucheros que mágicamente, lograron transformar este típico plato de nuestra antigüa campaña, en la más exquisita muestra de artesanía culinaria. Que Dios los acompañe y que el lugar que ustedes han recreado, siga siendo un ámbito propicio para cultivar la amistad y el buen comer, como lo fue antaño.
ESPERO VOLVER A COMER LOS PUCHEROS QUE COMI CUANDO ERA TAN FAMOSO, COMO LO SEGUIRA SIENDO. TODA LA SUERTE
El Tropezón!!…Si me parece estar reviviendo la escena…yo, purrete de pantalones cortos escuchando al Viejo q – muy de cuando en cuando – se permitía abrir el arcón de los recuerdos, y volvía a sus tiempos de «dandy» (pinta no le faltaba) cuando con previo acuerdo de la barra partían hacia la «lejana Buenos Aires» desde ese pueblo agropecuario y pujante llamado Villa Cañás (donde Mirtha Legrand era por entonces una bebé intentando sus primeros pasos)…entonces con ese ímpetu vital de la juventud recorrían la ciudad, jarana va, jarana viene, y ahí era cuando mencionaba, yendo al tema gastronómico los lugares más frecuentados, resaltando uno en especial…ese famoso «Tropezón» donde después de lastradas memorables, regadas con Champagne «Pommery» quedaban a punto para rematar la noche en aquellos «reductos irredentos, de placeres libertinos» dígase «Tabaris» o «Chantecler» a lo q yo en mi inocencia solía preguntar: «y con quienes bailaban?… que, ahí había novias q los esperaban?…ese niño hace rato q peina canas y lagrimea por tonteras, aunque porai…quien dice q se espiante un lagrimón no es ninguna pavada….VOLVIO «EL TROPEZON»!!
QUE ALEGRÍA!!! Saber que tan afamado restaurante ha comenzado nuevamente a deleitar a la gente de Buenos Aires y les puedo decir que estando en el Principado de Asturias-España, viviendo y trabajando en la Magia del fuego y el ARTE DE LA PARRILLA ARGENTINA, ya que soy Chef Grill o Maestro Parrillero, tenía unos clientes de apellido Fernández Alvares y otro de apellido Fernández Centurión que muchas veces se llegaban hasta la parrilla para hablarme de Buenos Aires y de alguien cercanos a ellos que habían tenido un bar-restaurante muy famoso en Baires, miren Uds. que coincidencia, hoy estando en Goias-Brasil me he enterado de tan grata noticia…así que les deseo MUCHOS EXITO!!!en esta nueva etapa.
Verdaderamente un desastre. Comida muy mala y cara. Fui el viernes a comer paella y me sirvieron un arroz pasado sin mariscos con 2 pesados de pulpo. Me quejé me pidieron disculpas pero me cobraron todo y sin descuento. Nunca más. Un desastre. Si Gardel viviera no iría nunca a comer allí.
Cuál es el costo aproximado para almorzar o cenar ? Gracias
Ayer 5 de Noviembre con mi esposa asistimos junto a Estela y Guillermo a este encantador lugar Realmente fuimos muy bien atendidos, Puchero exquisito, cordialidad en todos los integrantes del equipo, subsuelo/Cava formidable. Conocimos a Carmen Flores (¡Gracias por el maravilloso CD dedicado¡). En resumen, un almuerzo excelente. ¡Ah! lo olvidaba, ocupamos la mes 48!!
Mala experiencia, fuimos 7 y todos coincidimos en no volver. Solo es buena la ambientación. Pedimos una tortilla sin sabor con la cebolla cruda y cortada groseramente incomible. Las rabas no tenían gusto a nada. Los callos decían ser a la madrileña, (muy lejos), eran un guiso grasoso invadido de gusto a comino, no encontramos un garbanzo, el chorizo colorado recocido negro una piedra. Los que pidieron paella dijeron que el arroz estaba bien pero a los mariscos había que buscarlos.
POR FAVOR, TENGO ENTENDIDO QUE FUERA DE LA ACTIVIDAD GASTRONOMICA TAMBIEN HACEN EVENTOS ARTISTICOS DE TANGO. CON MI ESPOSA NOS GUSTARIA IR. ¿PUEDEN PASARME EL PROGRAMA DE ESOS EVENTOS ? GRACIAS
Señor Romero: elarcondelahistoria no es la página web de El Tropezón. La nuestra es una página que desarrolla temas vinculados con la Historia Argentina y nuestro comentario acerca de ese restorán, se hizo considerando que por su trayectoria y permanencia, era una parte de ella.Le sugiero que busque la página que seguramente ellos tienen y podrá lograr lo que necesita.