BATALLA DE HUAQUI (20/06/1811)

En Bolivia los realistas al mando del general JOSÉ MANUEL DE GOYENECHE, vencen a las fuerzas patriotas que estaban al mando de ANTONO GONZÁLEZ BALCARCE (ver Batalla de Huaqui en Wikipedia)..

Los realistas, valiéndose de una acción sorpresiva y vulnerando lo dispuesto en el armisticio que se había firmado luego de la Batalla de Suipacha con el General ANTONIO GONZÁLEZ BALCARCE y JUAN JOSÉ CASTELLI, vencen en Huaqui, entre el lago Titicaca y el río Desaguadero (en el Alto Perú, territorio hoy de la República de Bolivia), a la vanguardia patriota de la Expedición Auxiliadora al Alto Perú comandada por éstos, provocando la primera gran derrota del ejército enviado por Buenos Aires al Alto Perú para incorporar la región a la causa emancipadora (ver Batallas y combates. Guerra de la Independencia argentina).

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La noche del 19 de junio, la vanguardia del Ejército al Alto Perú se hallaba descansando, dispersa en un amplio abanico y separadas dos de sus agrupaciones de la otra, por una cadena de cerros:

Dos divisiones al mando del General BALCARCE se hallaban en Huaqui; otras dos divisiones a 10 kilómetros de distancia, en la salida sur de la angosta quebrada de Yuraicoragua al mando del Coronel JUAN JOSÉ VIAMONTE y un tercer grupo, la división de caballería altoperuana al mando de FRANCISCO DE RIVERO, que estaba acampando en el pueblo de Jesús de Machaca, a 18 kilómetros al sureste de las tropas de VIAMONTE y  BALCARCE, mientras que las fuerzas de GOYENECHE se hallaban unificadas y a solo 15 kilómetros del campamento de VIAMONTE.

Al amanecer del día 20, es decir, ocho días antes de que venciera el armisticio firmado por GOYENECHE Y CASTELLI (1),  los realistas atacaron en tres columnas paralelas, con su centro de gravedad en Huaqui.

La  izquierda a las órdenes directas de GOYENECHE, que al principio fue rechazada; la del centro, dirigida por PIO TRISTÁN, que consiguió dominar la quebrada de Yaurícoraguá, única comunicación entre las agrupaciones en que se encontraba dividido el ejército patriota, separada por una cadena de cerros mientras acampaba y la columna derecha,  que al mando del brigadier RAMÍREZ atacó el ala izquierda de los patriotas provocando su desbande.

Pese a los esfuerzos de Balcarce y de Castelli, dos divisiones del ejército criollo se pusieron en fuga, sin ofrecer resistencia. Luego otros batallones fueron vencidos y emprendieron la retirada.

Finalmente, al caer la noche, la derrota era total. En medio del pánico y rota toda disciplina, los soldados se dispersaron por los montes y muchos de ellos, acosados por el hambre, asaltaron pueblos. Los jefes, acompañados por algunos soldados fieles que no habían perdido la cabeza, lograron ponerse a salvo de la degollina que siguió, debiendo soportar la dura reacción de los pobladores, que los insultaba a su paso.

Las fuerzas de los patriotas, se vieron finalmente obligadas a replegarse, por lo que, dejando como protección sobre el río Suipacha, una fuerza al mando del Coronel EUSTOQUIO DÍAZ VÉLEZ, retrocedieron hasta Potosí y retirándose luego del Alto Perú, se dirigieron a Salta, donde llegaron solamente 600 hombres, fracasando así en su objetivo de incorporar a la región, al proyecto emancipador gestado en Buenos Aires el 25 de mayo del año anterior.

Llegados a Yatasto, el Coronel JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN, se hizo cargo del mando de los restos del Ejército del Norte y resolvió continuar la retirada hacia Tucumán y en marzo de 1812, le entregó el mando de este Ejército Expedicionario a MANUEL BELGRANO.

El general BALCARCE y JUAN JOSÉ CASTELLI que acompañaba a este Ejército como representante de la Junta de Gobierno y Comandante en Jefe de esa fuerza expedicionaria, fueron llamados a Buenos Aires, para que dieran cuenta de sus actos, declarando allí que habían sido sorprendidos mientras descansaban con sus tropas, totalmente desprevenidos por hallarse amparados bajo la fe de un armisticio que se había firmado el día 16 de mayo anterior.

En Huaqui, se produjo así, la primera gran derrota de las fuerzas revolucionarias contra el poder realista, llamada con toda justicia el desastre de Huaqui. Si aquella batalla sangrienta hubiera dado el triunfo a los americanos, probablemente la historia del sur del continente habría sido muy distinta.

Una cantidad de factores adversos que se unieron como malos augurios para determinar el fracaso, fueron también tenidos en cuenta para dar por terminada esta investigación:

La batalla tuvo que ser librada en un terreno que estaba ubicado entre el lago Titicaca y el río Desaguadero, nada propicio para la defensa y peligrosamente acotado, situación ésta que fue agravada por la imposibilidad de mantener unidos a todos los efectivos en un solo campamento,  ya que dos de las divisiones que lo componían, debieron ser instaladas, separadas de la otra, por un cerro que las incomunicaba.

Las fuerzas realistas estaban compuestas por siete mil soldados profesionales, bien entrenados y descansados, mientras que los patriotas eran sólo seis mil, con una mayoría de voluntarios criollos mal entrenados, que se hallaban agotados por una extenuante marcha y sin haber podido comer en más de 48 horas y muchos de ellos, afectados por el “soroche” (2), debido a la gran altura del lugar de la batalla.

Como consecuencia del llamado “desastre de Huaqui,  se perdieron las provincias del Alto Perú y todo el país quedó expuesto a una invasión.

Con Huaqui termina la primera campaña de afianzamiento de la Revolución de Mayo en el Norte, que lograra el aniquilamiento del movimiento contrarrevolucionario de Córdoba y la victoria de Suipacha, evento que le dio a los patriotas el dominio de estos territorios hasta el río Desaguadero, pero que dejando como saldo negativo la sublevación del Alto Perú y consecuentemente la pérdida de esos territorios para nuestra pretendida integración con los postulados de la Revolución de Mayo,  una funesta desaceleración del ímpetu revolucionario nacido durante esas jornadas y  la desaparición del Ejército patriota como factor de oposición a los intentos realistas, que quedaron así, como dominadores absolutos del Alto Perú (ver Huaqui, tres versiones para una derrota).

(1). Se supone que el General GOYENECHE obró así, al considerar roto  el Armisticio, al advertir la presencia de efectivos patriotas enviados por CASTELLI en la pampa de Chiribaya a principios de junio de 1811, en misión de exploración.

(2). El «mal de montaña» o «apunamiento» es conocido como el «soroche» en los países andinos y define a la dificultad para respirar que aqueja a los organismos no habituados a las alturas extremas).

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