SÁNCHEZ DE THOMPSON, MARIQUITA (1786/1868)

SÁNCHEZ DE THOMPSON Y DE MENDEVILLE, María Josefa de Todos los Santos Sánchez de Velazco  y Trillo (1786-1868). Personaje de la vida social y comunitaria de Buenos Aires, conocida afectuosamente como Doña Mariquita. Fue la figura  femenina  más  descollante del pasado.

Su origen y sus dos matrimonios le aseguraban una posición  social  de  primera  línea, pero ella demostró que su personalidad bastaba por sí sola para colocarla en el nivel que siempre ocupó.

Hija de un comerciante granadino, Cesáreo Sánchez de Velasco y de la porteña Magdalena Trillo, reputada como la heredera más rica de todo el virreinato. Llenó muchas páginas de la pequeña historia y se convirtió en símbolo de la mujer argentina del pasado por la brillantez de su desempeño y la franqueza de sus actitudes.

Nació en Buenos Aires el lº de noviembre de 1786. Antes de cumplir quince años se enamoró de su primo Martín Thompson y se comprometió con él contra la opinión de sus padres. Empecinada, se presentó al virrey Sobremonte para que dejase sin efecto los arreglos que había hecho la madre -el padre ya había muerto- para casarla con Diego del Arco, sobrino de su primer marido.

Cerca de un año  después de iniciado el juicio, los enamorados obtuvieron la autorización para casarse y la boda se realizó el 29 de julio de 1805.

A partir de entonces, la vida de Mariquita estuvo ligada a los acontecimientos públicos. Abrazó con fervor la causa de la libertad y colaboró con todas las empresas patrióticas. Su casa de la calle Baltasar Unquera, hoy Florida, acogió a las personalidades del momento, atraídas por la hospitalidad graciosa y espiritual de la dueña. Los problemas más delicados eran debatidos allí, lo mismo que los temas literarios.

Hacia 1810, su salón se había convertido en el lugar de reunión de la elite política, social y cultural de la ciudad de Buenos Aires y cuenta la historia que su casa fue la primera casa particular donde se cantó por primera vez el Himno Nacional el 14 de mayo de 1813. Mariquita que era una ferviente patriota, inteligente, con dotes musicales e interesada en los sucesos de actualidad, llegó a tener gran influencia y una especie de club social permanente se formó en su casa.

Una inesperada desgracia ensombreció su vida en 1817. Ese año su esposo, Thompson, enviado a los Estados Unidos, enloqueció y murió en el viaje de regreso. Había tenido cinco hijos en éste, su primer matrimonio: Clementina en 1807, Juan en 1809; Magdalena  en  1811;  Florencia  en 1812 y Albina en 1817.

En 1820 la viuda, muy admirada, contrajo nuevo matrimonio, esta vez con Washington de Mendeville, francés expatriado cuya conducta le deparó muchos sinsabores, que terminaron en separación, disimulada por  las  funciones  diplomáticas del marido fuera del país. Aquí había sido cónsul y muchos años más tarde Mariquita reveló, en carta a Alberdi, las miserias de su vida. De este matrimonio tuvo un solo hijo: Julio.

En la década de 1820, el Ministro Bernardino Rivadavia era una figura destacada y al fundar la Sociedad de Beneficencia requirió la colaboración de Mariquita, que, desde el principio de su funcionamiento  fue fecunda y entusiasta en las distintas etapas.

Fue, además de una de sus fundadoras, su  primera Secretaria en 1823 y Presidenta entre 1830 y 1832, , dedicando gran parte de su vida al servicio de la comunidad. Creó el Hospitales para mujeres y niños y para enfermos mentales y hogares para pobres y niños abandonados.

Renunció a poco de asumir Rosas como Gobernador de Buenos Aires, ya que, a pesar de la vieja amistad que existía entre ellos, Mariquita tomó partido por los opositores, entre los que estaba su  hijo Juan. Durante el conflicto de Rosas con Francia, María Sánchez de Mendeville se exilió en Montevideo, donde se reunió con su hijo Juan que entonces ya compartía los ideales y las luchas de los unitarios contra Rosas.

Hacia algún viaje a Buenos Aires, pero su hogar estaba en Montevideo. En 1846 fue a Río de Janeiro y al año siguiente volvió a Montevideo, donde permaneció hasta después de Caseros. Regresó a Buenos Aires y reanudó su labor en la Sociedad de Beneficencia y su Salón volvió a brillar como antaño, albergando cuanto tuviese que ver con la cultura y el patriotismo.

En 1866 y 1867 volvió a presidir la Sociedad, todavía en plena capacidad intelectual, pues trabajaba y escribía cartas admirables y así siguió con el mismo empuje y entusiasmo hasta que “Mamita Mendeville”, como la apodaban afectuosamente sus nietos, falleció en Buenos Aires  el 23 de octubre de 1868, poco antes de cumplir 82 años de edad. Sus restos fueron depositados en la bóveda de la familia Lezica, en el Cementerio de la Recoleta.

“Históricamente se ha representado a Mariquita Sánchez como un personaje más de la sociedad argentina, célebre por haber sido su casa, el primer ámbito no oficial, donde se cantó el Himno Nacional Argentino, olvidando que además, fue una de las primeras mujeres argentinas políticamente activas.

Era una fina cronista de los sucesos que conformaron luego la historia fundacional de la República Argentina y tenía plena conciencia de la proyección histórica que podían tener sus escritos. En más de una ocasión sus actitudes fueron consideradas políticamente incorrectas e incluso respondía con tácticas retóricas agudas.

María Sánchez de Thompson ha sido considerada como la figura femenina más activa en el proceso revolucionario, como también, una de las observadoras más aguda del proceso político posterior. A ello ayudó su larga vida y su incesante capacidad de trabajo que le permitió ser testigo directo de los acontecimientos de su época y de los vividos durante las presidencias históricas de la época constitucional.

Así lo demuestran sus escritos, cartas familiares y su diario, que ha sido recientemente editado. Su retrato se encuentra junto a los de otras mujeres argentinas relevantes en el “Salón de Mujeres Argentinas” de la Casa de Gobierno en Buenos Aires”.

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