28/1/1822

El general SAN MARTÍN, después de declarar la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1821, dio a su fiel ayudante, el irlandés JUAN TOMÁS O’BRIEN, los despachos de coronel de caballería y tiempo más tarde le encargó la honrosa misión de conducir a Chile y a Buenos Aires las banderas y los estandartes tomados a los ejércitos españoles. O’Brien devolvió a Chile sus banderas enlutadas de Rancagua; colgó en el templo de Mendoza la bandera que él mismo había tomado en Chacabuco y trajo a Buenos Aires, entregándolas al gobierno de la provincia, por haber sido disuelto el Cabildo, las insignias de los regimientos de Talavera, Tormes, Champiguaranga, Arica, Granaderos de Reserva y Dragones, más una bandera sin nombre con un escudo real en cada esquina y en el centro, una inscripción, en la que se leía “Por el rey, por la fe y por la patria”.

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