24/2/1852

El almirante LEPRÉDOUR, jefe de la flota francesa, envió, a sus superiores, el siguiente informe sobre los sucesos de Caseros: “Rosas fue abandonado por sus tropas, a pesar del coraje y sangre fría que demostró hasta el momento en que no habiendo armas más que en las manos de sus enemigos, se confió a la agilidad de su caballo para escapar al peligro que lo amenazaba por todas partes…”.

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