1804

Los rioplatenses fueron testigos de un suceso lamentable: llegó a Montevideo un barco consignado a la firma de MARTÍN DE ÁLZAGA con sólo 30 esclavos sobrevivientes a bordo. El resto, 270 «piezas», falleció en la travesía. La visita médica dispuso establecer la cuarentena por temer que se tratase de una peste, pero el propietario del cargamento, declaró con suma tranquilidad, “que eso no era necesario, porque las víctimas habían muerto de sed.

 

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